
Fueron numerosas las delegaciones institucionales que ayer llegaron a despedir los restos del jefe del Servicio Médico Legal (SML), familiares y amistades. A las 15.30 horas, comenzó el responso y uno de los pasajes de mucha emoción fue la interpretación de Tango Uno, uno de los preferidos de Castro, interpretado por el coro de Cruz de Froward.
Seguidamente, el presidente del Colegio Médico, Gonzalo Sáez, despidió a nombre del gremio al “amigo” y “colega”. Lo propio hizo el presidente del Rotary Club Austral, Alejandro Hernández. Lo siguió el presidente del Club Victoria, al cual perteneció el doctor Castro. Y, a nombre de sus colegas del SML, lo despidió el doctor Mario Rubina.
Y el más emotivo de los discursos recayó en manos del uno de los hijos, el abogado Carlos Castro Vargas, quien le dio el adiós que solamente un hijo puede brindar a un padre. Incluso, en el cementerio, solicitó un aplauso.
Una patrulla de Carabineros fue acertadamente abriendo paso a la extensa caravana de vehículos que se movilizó hasta el Cementerio Cruz de Froward.