
En el año 2000, debido a l Jubileo, fiesta celebrada por los fieles católicos, se permitió que 1.600 internos, que cumplían penas menores a cinco años o con enfermedades terminales, optaran a beneficios como la rebaja de sus penas o la libertad inmediata.
La presentación del proyecto concuerda con el debate político que se ha presentado durante las últimas semanas, el cual ha girado en torno al indulto otorgado por el candidato presidencial de la Concertación, Eduardo Frei, a un narcotraficante en 1994.
A esta situación, se suma la declaración de la Presidenta Michelle Bachelet, que anunció que solicitará estudiar un cambio al sistema chileno de entrega de indultos presidenciales.
El origen del documento de la Iglesia se remonta a 2008, cuando la Capellanía de Gendarmería comenzó estudios para determinar qué delitos y qué personas podrían aspirar a esta regalía. Los resultados fueron entregados hace una semana a la Conferencia Episcopal para su análisis detallado.
El capellán de Gendarmería, Jaime Nawrath, explicó que los beneficios están dirigidos a “mayores de 70 años, enfermos terminales, reclusos por hechos menores ‘que no son de sangre’ (económicos, hurtos o robos sin lesiones o muertes), mujeres que están criando hijos y extranjeros recluidos por delitos menores”, detalló.
Además, la Conferencia Episcopal se está haciendo asesorar por abogados, porque “la idea es entregar un proyecto sólido que pueda tener una rápida aprobación”, sostuvo el capellán metropolitano, Marcelo Mancilla.