La PDI indaga el insólito hecho. El ilícito no corresponde al modus operandi que llevan a cabo los delincuentes en otras zonas del país, por lo que no se descartan hipótesis distintas a un robo.
En la madrugada de ayer,  un guardia de la Universidad de Magallanes (Umag) detectó que el cajero automático que se encuentra en el recinto educacional había sido forzado. El dispensador de dinero había sufrido daños producto de que desconocidos intentaron abrir la sección que guarda el efectivo del dispensador de dinero.
Al lugar llegaron Carabineros, en primera instancia, para constatar el frustrado ilícito. Durante horas la mañana, la Brigada de Robos (Biro) junto con  miembros del Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones (PDI) iniciaron el proceso indagativo. En el lugar la policía civil realizó la fijación fotográfica y planimétrica  del sitio, encontrando huellas dactilares que presumiblemente pudieran corresponder a los autores del delito y otras evidencias claves para el esclarecimiento del caso.
Según las primeras pericias, se pudo determinar que el dispensador de dinero habría sido forcejado con una arma blanca o similar, lo cual llama la atención de los peritos, ya que éste no es el patrón habitual que se lleva a cabo en robos similares perpetrados en otras zonas del país. Estos últimos son realizados utilizando métodos como “alunizaje” o oxicorte (realizar forado con herramientas de soldadura), que demandan que los delincuentes realicen maniobras precisas para apoderase del botín.
Por ello, no se descarta que este hecho haya sido llevado cabo por motivos que no corresponden precisamente a un robo.
Cabe destacar que el recinto no cuenta con cámaras de seguridad y las rejas que circundan el campus universitario apenas superan el metro y medio.
Además, según estudiantes de la universidad, no existen suficientes guardias para cubrir el amplio sector en que se ubica el establecimiento. “Acá entra cualquier persona y no es difícil ‘colarse’ en la noche. Ahora mismo puedes constatar que no hay guardia en la garita de la entrada”, señala una estudiante de la Umag.