
La depresión y la difícil situación económica por la que estaba atravesando en su trabajo llevaron a Carlos Orlando Águila Ovando, de 58 años, a tomar la drástica decisión de suicidarse.
Ayer, como lo hizo durante 20 años, salió muy temprano de la casa en dirección al edificio donde funcionó la industria de alimentos “Livina”, en calle Club Hípico al llegar a Avenida Bulnes.
Al parecer la fatal decisión ya la tenía tomada porque pasadas las siete de la mañana, cuando estaba en el trabajo, se encerró en una bodega decidido a llevar a cabo su plan y llamó por teléfono a su esposa. Si bien no le comunicó la decisión de suicidarse, ella lo tomó como una despedida. Sus palabras así lo reflejaban y, estando en tratamiento médico por la depresión, la mujer le contó a una hija quien llamó a su padre para persuadirlo de que no lo hiciera. Lo mismo hizo un hijo, quien frente a esta situación optó por salir corriendo al trabajo, pero ya era tarde. El padre se había ahorcado, utilizando un cable eléctrico.
El inspector de la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones, Cristian Aravena, dijo que de acuerdo a las primeras indagaciones y pericias encargadas por el fiscal de turno, “el trabajador estaba pasando por una depresión que hace un año se la estaban tratando en el hospital y tenía problemas laborales”.