John Raúl Castañeda Garzón, más conocido como “John Arcángel”, está en prisión preventiva desde abril pasado.
Las “sanaciones sexuales” que practicó el ciudadano colombiano con residencia en Chile John Raúl Castañeda Garzón, de 30 años, le costaron primero la prisión preventiva (desde abril de este año), y ahora dos de las víctimas se querellaron en contra del mentalista, más conocido como “John Arcángel”.
Una de las querellas criminales la interpuso el padre de una de las menores, estudiante de primero medio, por el delito de estupro. En base a lo que le ocurrió a la hija en febrero de este año cuando visitó la consulta de esta persona, en Chiloé esquina Errázuriz, y el mentalista la obligó a tener relaciones sexuales como parte del tratamiento que requería la niña para sacarle los males que arrastraba desde la niñez. Pero esto se repitió en varias ocasiones, según confesó la menor después de enterarse de que todo era un engaño. Según la investigación que el fiscal Juan Agustín Meléndez encargó a la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones (PDI). “Recuerdo que en ese momento me puse a llorar ya que me puse triste por lo que me había dicho y él me decía que me iba a sanar y recuperar de las cosas que me habían pasado teniendo relaciones sexuales con él”, declaró la menor a la policía.
En la querella, el padre sostiene que “una vez develada la situación me contó (la víctima) que el supuesto tratamiento se había repetido en varias ocasiones, siempre en una pieza oscura donde había un colchón y él la amenazaba diciéndole a mi hija que si interrumpía el tratamiento nuestra familia iba a sufrir una desgracia. Ella nunca estuvo de acuerdo con lo que John hacía, pero él la convenció que si quería salvar su vida, debía ser así”.
El denunciante manifiesta que “el querellado continuó hostigando a mi hija, diciéndole que tenía que ir a verlo o podría ocurrir una desgracia en nuestra familia”.
En la querella, patrocinada por el abogado del Centro de Atención Integral a Víctimas de Delitos Violentos, Marcelo Figueroa, deja constancia que “mi hija nunca había pololeado y era virgen”.