
Según los primeros informes policiales, el niño se encontraba anoche solo en su vivienda de calle Armando Sanhueza, ya que sus padres habían salido a comer a la casa de la abuela del menor. M.C.C. pidió permiso para no asistir, ya que no tenía hambre. Sus padres sólo lo dejaron en compañía de dos mascotas.
Horas más tarde, llamaron al menor para saber si quería comer algo, pero éste no contestó el teléfono. Este hecho los alertó y acudieron al domicilio a ver que sucedía. Al ingresar, los padres notaron un extraño olor en la vivienda. Luego se percataron de que los gatos estaban muertos, por lo que corrieron hasta la pieza del menor, constatando que estaba inconsciente.
Uno de los papás dio rápido aviso al Samu, quien al llegar practicó técnicas de reanimación a la víctima.
El niño fue trasladado rápidamente al Hospital Regional Dr. Lautaro Navarro. Al cierre de esta edición, permanecía grave con riesgo vital.
Los peritajes preliminares indicaron que el niño se habría intoxicado con el gas que emanaba de un calefactor en mal estado.