Magallanes puede ser considerado perfectamente uno de los lugares más privilegiados de Chile en cuanto a la belleza de sus paisajes. Tiene zonas de incalculable riqueza natural, que asombra a cada uno de los turistas que llegan de todo el mundo a conocer uno de los últimos lugares del mundo.
Mantenerlos así no es tarea fácil. Se trata de decenas de áreas únicas que además de dinero, requieren de cuidado y preocupación que sólo una persona que entienda la importancia de que existan, puede entregarlo.
Muchos de estos profesionales o amantes del medio ambiente que dedican su vida a trabajar para salvar de la destrucción las zonas naturales, tuvieron desde niños una educación al respecto, que hoy se lleva a la práctica con el desarrollo de sus funciones.
Pero no es necesario estar en un santuario de la naturaleza para dedicar tiempo a su mantención. Cada día todas las personas transitan por plazas, parques o, simplemente por las calles, donde se encuentran plantas, árboles y ecosistemas que complementan la vida humana y, que si son destruidos, también muere una parte que enriquece la ciudad.
Por ello, la educación que considere el cuidado del medio ambiente es fundamental, la que es necesaria se inicie desde niños, ya que desde esa etapa de la vida la relación entre persona y naturaleza se vuelve constante.