El año pasado sufrieron el deceso de un estudiante que enfermó de cáncer y ahora la comunidad educativa de la Escuela Patagonia vuelve a ser golpeada, esta vez por el atropello de la alumna de 8º básico B Macarena Alvarado Portolán. El accidente ocurrió el lunes en la tarde, a la altura de las calles Capitán Guillermos y Esteban Yacksic.
A partir de ese día la solidaridad con la familia de la menor se ha manifestado a través de saludos y cadenas de oración. Macarena ha sido sometida a dos delicadas intervenciones quirúrgicas y los compañeros de curso y profesores no pierden la esperanza de que logre revertir el diagnóstico y puedan tenerla pronto de regreso.
El director del establecimiento, Aliro Quezada, admitió que esto fue un golpe muy duro para ellos. Sobre todo por tratarse de una alumna muy cuidada y protegida por la familia, que está próxima a egresar de la enseñanza básica. La describió como  una alumna muy educada y una de las abanderadas del colegio. “Así como le ocurre a la familia en la casa, a nosotros nos cuesta entrar a la sala y ver que está su delantal y no ella. Lo que nos impacta profundamente”.
Como buen hombre creyente, el director confía mucho en aquel refrán, que dice. “La fe mueve montañas. A partir de lo cual, convocamos a toda la comunidad a pedirle al Todopoderoso que intervenga por ella, porque queremos que sepa que la necesitamos entre nosotros”.
Informe médico
De acuerdo con el último informe médico del doctor Carlos Reyes, la niña se encuentra estable dentro de su gravedad, internada en la UCI pediátrica del hospital regional.
Se le practicaron algunos exámenes que harían pensar en que no hay más daño que el que se le diagnosticó inicialmente. Por ahora continúa sedada, procedimiento que se conoce como un coma barbitúrico y conectada a ventilación mecánica. Además, le están suministrando todos los medicamentos que permitan mantener las funciones cardiovasculares, respiratorias y metabólicas, indicó el médico pediatra.