La mezcla de alcohol y violencia dejó serias secuelas en un joven que ayer le dijo a los jueces que no guardaba rencor por lo que le hicieron, pero que sí pedía que se hiciera justicia.
Ayer se inició el juicio oral en contra de Jonathan Pool Ojeda Oyarzún, alias “El Chino”, acusado por el fiscal Eugenio Campos, de homicidio frustrado en contra de Jaime Cheuquepán Godoy. Durante la primera jornada, que se extendió hasta alrededor de las 13 horas y que, por acuerdo entre las partes, se pospuso hasta hoy en la mañana, pasaron a declarar algunos médicos y se escuchó también la versión de algunos testigos, como un amigo y la hermana de la víctima.
El acusado, defendido por el abogado Danilo Gallardo, optó por guardar silencio y no ser sometido a interrogatorios.
A partir de la prueba y declaraciones que presente durante el desarrollo del juicio el fiscal intentará probar la culpabilidad de “El Chino”.
De acuerdo con los hechos de la acusación leídos al inicio del juicio, el 19 de abril de 2009, en horas de la madrugada y en circunstancias que la víctima Jaime Andrés Cheuquepán Godoy se encontraba caminando en la vía pública, en las inmediaciones de calle Jorge Montt y José Menéndez cuando se topó con terceras personas que participaban de una discusión y posterior pelea, oportunidad en la cual sorpresivamente el imputado Jonathan Pool Ojeda Oyarzún apodado “El Chino” procedió a acercarse a la víctima y apuñalarlo violentamente para luego darse a la fuga. Cheuquepán Godoy quedó mal herido en la vía pública porque recibió lesiones que estuvieron a punto de costarle la vida, que le significaron estar hospitalizado más de un mes.
La pena solicitada por este delito es de cinco años de cárcel. Una causa en la que el abogado Marcelo Figueroa Muñoz, del Centro de Atención a Víctimas de Delitos Violentos, figura como querellante en representación de la víctima.
“Pido justicia”
Cerca del mediodía Cheuquepán fue llamado por el fiscal Campos a subir al estrado y prestar declaración. “Juro”, le dijo al juez Fabio Jordán al conminarlo a decir la verdad.
“Casi me matan, porque de lo contrario no estaría aquí”, y, “no recuerdo nada”, fueron las dos respuestas que abrieron el interrogatorio de Cheuquepán.
Visiblemente afectado por las secuelas que le dejó el acuchillamiento, lo único que recuerda de ese día 19 de abril fue que temprano estuvo en su casa comiendo un curanto y luego despertó en el hospital. Es una “laguna mental” la que tiene sobre lo acontecido entremedio.
Consultado por las complicaciones que le acarreó el ataque, respondió al fiscal que son muchos los efectos colaterales, como dificultades respiratorias, “ahora no puedo correr, casi no puedo trabajar y más encima perdí la movilidad de mi brazo derecho”.
Luego, conmovieron sus palabras, cuando indicó a los jueces Fabio Jordán, Gonzalo Rojas y Juan Santana, que “en mi calidad de víctima no guardo rencor solamente les pido que se haga justicia”. Y, añadió, “no le deseo a nadie todo lo que he pasado, ni siquiera a él”, dijo mirando a Jonathan Ojeda.
La propia madre, Cristina Godoy, indicó que las intenciones de la agresión que sufrió su hijo eran homicidas.
Versión que no comparte el abogado defensor, profesional que con los testimonios y pruebas que presente intentará revertir la tesis del Ministerio Público. Los resultados se conocerán hoy, cuando concluya el juicio oral, y los jueces den a conocer el veredicto.