Las causas que hacen que estas personas lleguen a esta situación de abandono son múltiples, desde problemas sicológicos, adicciones hasta quiebres con la familia y el entorno social.
Situaciones como la del fallecimiento del indigente Juan Millalonco, mientras se bañaba en un riachuelo detrás de la cárcel de Punta Arenas, sacan a la luz una realidad que muchas veces pasa inadvertida por la comunidad: la de las personas en situación de calle en la región.
Las causas que hacen que estas personas lleguen a esta situación de abandono son múltiples, desde problemas sicológicos, adicciones hasta quiebres con las familias y el entorno social, que empujan a estas personas a vivir en condiciones precarias. Por lo que más allá de darles protección, abrigo, alimentos durante el invierno, también se trabaja de forma multidisciplinaria para ayudarlos a salir de su condición y darles una nueva oportunidad en la vida. 
La directora regional del Hogar de Cristo, Amada Catrilef, explicó que desde el 2007 manejan una base de datos de 350 personas que han transitado en la hospedería. Pero los meses de invierno, de mayo a septiembre, tienen que habilitar un albergue, debido al aumento de la demanda y de las condiciones climáticas que hacen imposible que las personas puedan sobrevivir a la intemperie. “En este minuto son 90 las personas que están recibiendo prestaciones de alimentación o de alojamiento, pero esta se da fuertemente en los meses de invierno”, señaló Catrilef.
Además, indicó que “el tema profundo es darnos cuenta de que existe ésta realidad, que estas personas son sujeto de derechos al igual que todos nosotros y que somos en parte responsables de ver de qué manera podemos atender esta realidad. Tanto organismos públicos, entes privados, empresas regionales, que tienen que de alguna manera solidarizar y ser parte del trabajo a través de las distintas instancias sociales que albergan a las personas en situación en calle”.
Catrilef agregó que este es un tema “que tiene que remecer las conciencia de todos”