
Atemorizada por represalias, pidió no divulgar su identidad. El lunes se retiró del local alrededor de las 20 horas y ayer, al llegar a abrir en la mañana, se encontró con la desagradable sorpresa. Le rompieron candados y la chapa de la puerta. Dada la fuerza que ejercieron, dice que no fueron menores y que los que lo hicieron utilizaron un fierro para hacer palanca. Le sustrajeron prácticamente toda su mercadería, comprada con mucho esfuerzo y a crédito. Ella piensa que buscaban cigarrillos, pero no los vende, debido a que en una ocasión anterior le sustrajeron todos los cartones y la dejaron sin capital. Ahora se llevaron todos los confites, chocolates, jugos y muchos otros artículos, como la colación que vende a los estudiantes.
La denuncia la estampó en Carabineros y espera que esta vez sean encontrados los culpables para que este delito no quede impune. La víctima decidió denunciar públicamente este hecho para que otras personas no tengan que pasar por lo mismo.