
Por ello, la PDI llama a la comunidad a estar atentos ante estos hechos y en su página web explica que existen varias medidas que pueden ayudar a los padres para evitar que estos lamentables hechos se repitan.
Las claves
Lo primero es que los padres deben saber siempre dónde están sus hijos. Si se produce un cambio de planes y ya no van a estar donde habían decidido en un primer momento, los niños deben estar acostumbrados a comunicarlo.
Segundo, es que los papás deben intentar estar familiarizados con los amigos y actividades de sus hijos. Es importante tener los teléfonos de los padres de los amigos más íntimos, y conocerlos personalmente.
También es necesario que los progenitores mantengan una actitud positiva ante los demás y especialmente ante las autoridades y la policía. Si no lo hacen le transmitirán desconfianza a los niños y puede que no se atrevan a confiar en ellos cuando los necesiten.
La PDI sugiere estar atentos con las personas que cuidan a los menores, independientemente de su edad o grado de parentesco. Es muy importante que los padres observen el estado de ánimo de sus hijos cuando estas personas se van, o la posible agitación e inquietud cuando saben que van a llegar para detectar alguna anomalía.
También hay que estar alerta cuando un adulto dedique demasiado tiempo a su hijo y le haga regalos caros o sin una razón aparente.
Los padres deben enseñar a sus hijos a confiar en sus propios sentimientos y enséñenles a decir no cuando ellos crean que algo no está bien.
Es primordial enseñar a los pequeños que nadie debe tocarlos de ninguna manera en la que ellos se sientan incómodos. Y si alguien lo hace deben decírselo inmediatamente.
Una buena medida es ofrecer la casa para los encuentros de sus hijos con otros amigos, con el fin de conocer con quién se relacionan y protegerlos de extraños y, finalmente, los menores deben saber dónde ubicarles en cada momento.