He leído una entrevista al historiador Gabriel Salazar (Premio Nacional de Historia 2006) a propósito de la publicación de su texto: “Mercaderes, empresarios y capitalistas”, Editorial Sudamericana, donde el autor cuestiona el orden portaliano desde su origen, desmitificando parte de nuestra historia. Parte definiendo al mercader como un tipo de empresario cuya lógica acumulativa no es producir, sino comprar barato lo ya producido para venderlo caro; es un intermediario que no desarrolla las fuerzas productivas “El empresario es un concepto más amplio, el mercader es más específico, mientras el capitalista es el que gana dinero a partir del dinero; es un banquero, un financista que utiliza la usura, el crédito. Explica Salazar que en el siglo XIX existía el personaje temporero y luego la clase obrera, pequeña porque la industria era incipiente. Ésta crece entre los años 1938-73 cuando el estado se preocupa de desarrollar la industria, pero cuando Pinochet se toma el gobierno, de nuevo favorece el capitalismo comercial. Por eso hoy estamos llenos de malls, mientras la fábricas han desaparecido. Ya no existen las grandes industria de antes del golpe. Expresa el historiado Salazar que el trabajador chileno es doblemente explotado, primero por un salario exiguo y luego a través del mercado vendiéndole a crédito y cobrándole por la educación y la salud, cosa que antes no ocurría. Por eso la explotación en esta “democracia” es mucho mayor que en la anterior; lo que pasa es que la gente no la nota porque consume a crédito y cree que no es pobre. El estado portaliano de los mercaderes fue siempre sustentado por una minoría; si hubiera habido elecciones libres, las habrían perdido todas. Portales se dio cuenta que no podría gobernar si el régimen era democrático, por eso se respaldo en un ejército mercenario que fue el que triunfó en Lircay. Hay que contar los hechos del ejército como son. Desde que asesinaron a Manuel Rodríguez en 1818 hasta 1973 el ejercito intervino violentamente masacrando en 23 ocasiones, caso único en Latinoamérica. No existe otro país donde el ejército haya violentado a un pueblo tantas veces ¿Qué le parece a Ud. señor lector? Lea al historiador Gabriel Salazar. 