La extensa declaración que el acusado Guido Tapia Gáez prestó al inicio del juicio por robo con violencia, los jueces la consideraron “un vano intento de eludir su responsabilidad”, y por ello estipularon en la sentencia -donde lo condenaron a cinco años de cárcel- que “no resulta creíble”.
De esta forma concluyó el juicio en el que el fiscal Eugenio Campos consiguió dar por acreditada la acusación en contra de Tapia, pese a la postura de la defensa que pedía la absolución de su cliente.
Entre los factores que jugaron en contra del acusado se le encontró exactamente la suma de dinero en uno de sus bolsillos y en la misma denominación que entregó la víctima, una mujer de más de 70 años, sin que en su momento entregara una respuesta satisfactoria. “Más aún cuando fue requerido por la policía intentó huir por una ventana y funda su negativa de abrirle la puerta a Carabineros en una causa que tenía pendiente”.
El 7 de diciembre de 2008, aproximadamente a las 23 horas, la víctima estaba en su domicilio y en momentos que se encontraba en la cocina fue abordada sorpresivamente  por Guido Tapia Gáez, quien se abalanzó sobre ella, la tomó de los brazos y le cubrió la cabeza para luego robarle $18.650.
Esto le significó ser sentenciado a cinco años de presidio efectivo.