
La supremacía de los campeones se hizo notar desde el primer minuto. A diferencia de la primera final, los croatas entraron agresivos y, paralelamente, la defensa universitaria se mostró vulnerable a sus ataques. Los parciales del cotejo fueron ampliamente favorables para los dirigidos de Patricio Hernández. Un primer cuarto que terminó 31-12, y se fueron al descanso con un claro 44-25.
En la segunda mitad, los croatas no bajaron los brazos; sabían que había que cerrar el partido aprovechando la ventaja en el marcador, y eso se plasmó en la cancha al ganar casi todos los rebotes bajo el aro, sin dar chance a los dirigidos de Víctor “Mono” Vergara de repuntar.
A tres minutos del final del tercer cuarto, Hernández decidió dar descanso al refuerzo transandino, Andrés Greco, y al ex Boston College, Frane Coro, quienes, como fue la tónica de sus presentaciones a lo largo de la temporada, marcaron la diferencia dentro del rectángulo de juego. Aunque sin muchas esperanzas, los universitarios trataron de aprovechar la salida de Greco y Coro para estrechar, en parte, las cifras, logrando dominar las acciones en algunos momentos, pero cayendo en la desesperación al no lograr convertir, lo que se tradujo en reiteradas faltas.
Así, el tercer cuarto se cerró 61-39 para los croatas, demostrando una amplia superioridad, a pesar de las ausencias de sus principales figuras.
Fundamental en el engranaje croata fueron las actuaciones de Coro y Greco, jugadores cuyo nivel está un peldaño más arriba que el resto de los protagonistas del partido.