El sujeto que los timó, identificado como Juan Carlos Ojeda Soto, tiene 18 causas judiciales por hechos similares.
Además de quedarse con el dinero, la obra parcial que había realizado en la casa quedó mal hecha, lo que obligó a gastar el doble en la realización del trabajo.
Una frustrante situación le ha tocado vivir a Marco Baeza y Claudia Matiacha, pareja que vive en la Población Barceló Lira, en el sector poniente de Punta Arenas.
En septiembre de este año, la pareja decidió realizar mejoras en su vivienda y para ello contactó a Juan Carlos Ojeda Soto.
El maestro decidió realizar los trabajos, para lo cual les solicitó $ 5 millones, tres de los cuales se le entregó por anticipado con el propósito de que comprara materiales para la obra.
Sin embargo, con el pasar de los días los dueños de casa se percataron de que el maestro no compraba todos los materiales que había presupuestado, por lo que se comenzaron a impacientar.
“Incluso trajo maderas que habían sido utilizadas previamente”, dijo Baeza señalando unos palos viejos con clavos oxidados.
Al pasar unas semanas, lo pareja se dio cuenta de que el maestro los estaba engañando y decidieron  encararlo.
“Le dimos un ultimátum y se comprometió a realizar el trabajo. Le dijimos que no aceptaríamos más tardanzas. Pero un día aprovechó nuestra ausencia para marcharse y llevarse las herramientas. Incluso se llevó los materiales que servían”, reclamó molesto Baeza.
El dueño de casa concurrió hasta la Policía de Investigaciones (PDI) a realizar la denuncia y se sorprendieron al ver la reacción de la policía.
“Comentaron que el hombre ya había estafado a varias personas, lo que nos desilusionó”, comenta Baeza.
En efecto, Ojeda registra 18 causas similares, por lo que se presume que es un avezado estafador.
Lo que más afectó a Baeza fue que el techo de su casa quedó descubierto. “La primera lluvia dejó la tendalada, se mojó todo el interior”, lamenta.
Para cubrir la parte abierta tuvo que poner una lona, solución que no es la ideal.
Además, el trabajo que realizó Ojeda quedó mal hecho. “El techo quedó horrible. Tuvimos que poner un palo para sostenerlo”, reclamó.
“Asimismo, el piso que pusieron en la ampliación no corresponde y no utilizaron pernos como corresponde, sino clavos”, lamentó.
Las víctimas contrataron a nuevos empleados para que realicen el trabajo que quedó inconcluso.
“Tuve que gastar $ 2,9 millones en materiales nuevamente; o sea, la gracia me va a salir el doble”, lamentó.
El hombre espera que Ojeda asuma su responsabilidad y que no continúe realizando estas fechorías.