Juan Reinaldo Paredes Barrientos, de 44 años, fue detenido la madrugada de ayer por la Policía de Investigaciones (PDI) luego de ser denunciado por abusar sexualmente de un joven, de 19 años, que padece Síndrome de Down.
El hecho se produjo en el domicilio del menor, ubicado en la Villa Caupolicán, en el sector surponiente de Punta Arenas.
El parte policial señala que Paredes habría aprovechado, para cometer el delito, que la madre y la hermana del abusado se encontraban en un dormitorio de la vivienda, mientras que la víctima y Paredes estaban viendo la transmisión de las Jornadas por el Niño Impedido Magallánico.
Paredes, quien es conocido como el “zorro”, habría dado rienda suelta a sus bajos instintos tocando los genitales y nalgas del abusado.
El imputado continuó por varios minutos abusando del joven e incluso habría frotado sus genitales contra su cuerpo.
La madre habría sorprendido al “zorro” y llamó a la PDI que finalmente detuvo al agresor sexual.
“Quería matarlo”
La madre de la víctima habló con Diario El Pingüino la mañana de ayer y relató su versión de los hechos.
“Mi familia conocía al “zorro” hace años, cuando vivíamos en Playa Norte. Confiábamos en él y nunca pensamos que tenía estas desviaciones”, recuerda la madre.
La mujer relata que al pasar los años era frecuente que Paredes visitara la casa en ausencia del jefe de hogar que la mayoría de las veces, como ayer, está fuera, trabajando en zona de pesca.
El “zorro” habría llegado la noche del sábado a la casa con el pretexto de ver el show de las Jornadas por el Niño Impedido Magallánico en compañía de su víctima.
“A mi me dolía la cabeza, entonces me fui a acostar. Y mi hija se quedó conmigo en mi dormitorio mientras mi hijo y el “zorro” se quedaron en el living viendo las Jornadas”, cuenta la madre. Sin embargo, su hija la alertó de que algo sucedía en el living.
“Me despierta y me dice ‘mamá, no sabes lo que está sucediendo en el living. Zorro esta tocando a mi hermano’. Yo no lo pude creer, pero mi hija insistía en que algo pasaba. Así que miré por un orificio de la puerta para ver lo que pasaba”, dijo.
La madre quiebra la voz cuando recuerda el instante en que observó la cruda escena.
“No podía creer lo que vi. Él le tocaba las nalgas y los genitales a mi hijo, fue terrible”, relata la madre sollozando.
“Después sacó su pene y comenzó a masturbarse encima de mi hijo, así que llamé a la policía”, recuerda.
Sin embargo, la mujer no logró contenerse por más tiempo: “Luego tomó a mi hijo por el cuello e intentó besarlo”, narra con indignación. “Entonces salí de mi pieza, fui a encararlo y le pegué. Se quiso escapar por la ventana, pero la policía llegó y se llevó al desgraciado. Lo único que quería era matarlo”, cuenta la madre del joven.
La mujer cuenta que siente rabia por la el abuso que cometió el “amigo” de la familia. “Un día mirando la televisión supe que a un niño del sector su padrastro lo violó. Sentí mucha pena y rabia, pero no sabía que esto pasaba en mi propia casa con mi hijo”, cuenta la madre rompiendo en llanto.
“Me siento culpable por haber dejado entrar a esta persona a la casa, imagínese. Uno no sabe lo que piensan los otros”, medita mientras se seca las lágrimas.
No obstante, lo peor vino cuando le preguntó a su hijo si era la primera vez que Paredes abusaba de él: “Me confesó que lo hacía hace mucho tiempo, en su auto, en la casa, donde fuera. Me siento muy culpable por no haberme dado cuenta antes de lo que pasaba”, señaló la madre.
“Lo único que quiero es que se haga justicia”, comentó la afligida progenitora del abusado.
Medidas cautelares
Ayer al mediodía se efectuó el control de detención donde se formalizó a Juan Paredes Barrientos por el delito de abuso sexual. El magistrado decretó que el imputado deberá permanecer lejos de la víctima y de su hogar, más la prohibición de salir de la región durante el plazo que durará la investigación, que será de 60 días.
Paredes habría sido beneficiado años atrás con la remisión condicional de una condena, por un delito similar.
La fiscal Alejandra Guevara señaló al finalizar la audiencia que Paredes, de ser hallado culpable, arriesga una pena que iría desde los tres hasta cinco años de presidio y que por tener una condena anterior no recibiría beneficios.
“En un delito bastante frecuente en la región”, concluyó la fiscal.