
El reverendo bautista David Muñoz Condell es el capellán nacional evangélico de la Policía de Investigaciones (PDI). Es doctor en Estudio de las Sociedades Latinoamericanas y experto en materias religiosas de la PDI. Actualmente, es profesor de la Escuela de la PDI y de la Academia de Estudios Superiores Policiales. Además, asesora al mando institucional en temas religiosos relacionados con sectas.
Pertenece a la institución policial hace 15 años y en 2001 fue designado como el primer capellán evangélico de las Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad Pública.
Muñoz ha participado en la investigación de casos bastante bullados, como el del asesinato del padre Faustino Gazziero, ocurrido en la Catedral Metropolitana de Santiago en 2004, el que fue ultimado bajo un ritual satánico por Rodrigo Orias.
“Me tocó trabajar junto con la Brigada de Homicidios para hacer el perfil sociológico de Orias, cómo desarrolló su estructura mental para cometer este crimen de características satánicas”, comenta.
Últimamente está trabajando en casos de profanaciones de tumbas en Antofagasta, donde se han producido robos de cadáveres, órganos y restos óseos, presumiblemente para ser utilizados en rituales de magia negra.
Al ser consultado respecto a la alta tasa de suicidios que registra la Región de Magallanes, Muñoz compara situaciones que ocurren en otros lugares del país.
“Al parecer sucede algo parecido al caso de Aysén, donde la gente se quita la vida en el puente. El factor común de ambos casos es primero que presentan cielos nublados gran parte del año, con un clima inhóspito que llama a la depresión. Es un problema, desde el punto de vista sociológico, que tiene características existencialistas. Si los individuos no consumen determinados productos y no ostentan un status atractivo son marginados y eso los lesiona profundamente. Si las personas no se sienten autorealizadas pueden caer en conductas que, en el peor de los casos, puede llevarlos a atentar contra su vida”, señala el capellán.
Es por esto que, a juicio de Muñoz, la depresión que produce el no estar satisfecho a nivel personal puede conducir a las personas a efectuar conductas satánicas. “Las sectas religiosas y satánicas captan a muchos jóvenes que se sienten solos, ya que estos grupos satisfacen la necesidad de los individuos de pertenecer a un grupo determinado. Ahí hay un gran problema y en mi opinión las iglesias hemos fallado en ofrecer propuestas atractivas para los jóvenes, para que se acerquen a una vida más sana”, explicó Muñoz.