Con el dolor propio de una madre angustiada por la pérdida de un ser querido, Eugenia Mansilla Lagos salió en defensa del niño de 14 años que el lunes se quitó la vida al interior de una vivienda de la Villa Aves Australes. Fue enfática en señalar: “Mi hijo no era de la calle ni un delincuente”.
Los restos del menor están siendo velados en la capilla San Francisco de Asís, donde ayer en la tarde llegó el obispo Bernardo Bastres a entregar sus condolencias y una bendición a la familia.
La modesta mujer reflexionó sobre el deceso de su hijo, a quien recordó como un buen niño, y pidió no tratarlo como un delincuente “porque la única y más grave maldad que cometió fueron los daños en la escuela Juan Williams, pero no es para que lo sigan sindicando como una persona de la calle”. Insistió: “Realmente mi hijo no era un delincuente, siempre estuvo al lado de su familia y jamás fue abandonado”. El mismo padrastro reafirmó esto último, “porque nosotros siempre estuvimos en contacto con él”. Criticó que a los jóvenes se le cierren las puertas y, sobre los destrozos en la escuela, señaló que fueron efectivos, motivados por un inspector del establecimiento que persiguió al alumno todo el año escolar. “Por eso él (Carlitos) se vengó de esa forma”.
A esto la madre añade que ese día su hijo había concurrido al colegio con su tenida, porque tenía que bailar, y esta persona no lo dejó entrar. “No entiendo por qué se vengó de un niño de tan sólo 14 años, ¿o acaso no pensó que tenía familia?”.
Dijo guardar los mejores recuerdos del menor, como un niño bueno, alegre y cariñoso. “Yo siempre lo voy a recordar así, porque para mí él no está muerto”.
Mansilla no entiende algunas cosas que están sucediendo como “sacar a personas buenas de la Residencia Cardenal Silva Henríquez, con las cuales los chicos estaban acostumbrados, para cambiarlas por otras. Por eso Carlos se puso así, porque echaron a sus tíos más queridos, como la directora (Marisol), la única que estaba con ellos y la tía Mónica, un grupo de gente que debiera volver al hogar porque realmente apoyaban a los niños”.
Suicidio
“Carlitos” fue un niño que a los 14 años decidió quitarse la vida. El domingo no volvió a dormir a la Residencia Familiar Cardenal Silva Henríquez, lo que despertó sospechas en los equipos profesionales. El lunes en la mañana una hermana y amigos llegaron a la casa del padre donde se encontraron con el cuerpo pendiendo de una soga. Lo bajaron rápidamente pero lamentablemente no había nada que hacer, el pequeño “Carlitos” había fallecido.