Este cargo directivo se desarrolla en conjunto con el departamento de Orientación, debido a que la indisciplina se puede deber a problemas más profundos que requieren de apoyo profesional.
Durante esta época de crisis en la Educación, donde casi todos sus actores están manifestando su descontento con las condiciones en que deben desarrollar sus labores y responsabilidades, se vuelve propicio conocer cómo se forman las directivas de los establecimientos, pues son ellos los que determinan en gran medida el funcionamiento de las instituciones y la conformidad o el descontento de la comunidad escolar.
Las autoridades de las escuelas y liceos tienen la no despreciable responsabilidad de implementar los lineamientos que impone el Ministerio de Educación (Mineduc) y elaborar y hacer cumplir los propios.
Uno de esos cargos es el del inspector, quien desarrolla funciones administrativas y se vincula directamente con los alumnos, que en muchas oportunidades se relaciona con los castigos por indisciplina.
Pero determinar y designar a la persona idónea para este puesto no es tarea fácil, sobre todo si se considera la importancia de este cargo en la formación de los alumnos  y de su influencia en el clima humano del establecimiento.
La Ley General de Educación abordó este tema, puesto que estipula los derechos y deberes de todos los miembros de las comunidades educativas.
“Existe un estatuto que se refiere a este tema, pero no existen (en ese documento) requisitos específicos para convertirse en el inspector de un colegio”, explicó la seremi de Educación, Eleanor Montaña.
En la actualidad este cargo se designa por concurso que sí es requerido por ley, donde, por ejemplo, las corporaciones municipales, en el caso de las instituciones que se rigen por este sistema de financiamiento, determinan las condiciones que deben cumplir las personas que deberán desempeñar esta labor.
La primera exigencia es que “tiene que ser profesor, ya que formará parte del equipo directivo y es requisito básico para ser miembro de la dotación docente”, manifestó la autoridad educacional.
Deberes
Un inspector tiene sus labores claramente especificadas, entre las que se encuentran desde preocuparse de las subvenciones, hasta hacer cumplir el reglamento de convivencia de la institución. Asimismo, hace cumplir los derechos y deberes de los alumnos.
En cuanto a las responsabilidades frente a sus colegas, debe asignar tareas para que se desarrolle de la mejor forma las necesidades administrativas y pedagógicas de los matriculados.
Existe un documento llamado Marco para la Buena Enseñanza, que entrega los lineamientos para lograr un proceso satisfactorio de aprendizaje, lo que ayuda al inspector a crear sistemas internos que permitan a los alumnos y a los docentes obtener mejores resultados en sus respectivas labores.
Trabajo conjunto
Esta autoridad cumple funciones estrechas con el departamento de orientación del establecimiento, pues es él quien se relaciona en primera instancia con los estudiantes que tienen problemas para cumplir las reglas, los que en muchas oportunidades son derivados a sesiones con este tipo de apoyo.
“El inspector, al tener como obligación hacer cumplir el manual de convivencia, requiere de una ayuda, que en este caso la otorgan los orientadores”, expresó Montaña.
Perfeccionamiento
El Mineduc está consciente de la importancia de que el inspector tenga un buen desempeño, porque la coordinación que llegue a lograr irá en directo beneficio de toda la comunidad educativa.
Por ello “desarrollamos cursos para equipos directivos, los cuales duran dos años y abordan todos los temas que ayudarán a alcanzar una mejor gestión”, aseguró Montaña.