La encargada del restaurante Puerto Viejo, ubicado en calle O’Higgins entre Errázuriz y Roca, fue la primera en descubrir ayer en la mañana la ausencia de una pequeña caja fuerte metálica donde guardan la recaudación.
A las 10.00 horas llegó a abrir el local y, en una primera revisión, no detectó nada anormal. Posteriormente, cuando quiso arreglar el dinero para hacer los depósitos bancarios pudo percatarse de que la caja recaudadora, con más de un millón de pesos, no estaba.
Frente a esto la empleada se preocupó y se contactó inmediatamente con la Policía de Investigaciones, cuartel que está muy cerca, y quienes llegaron a realizar las primeras diligencias como entrevistar al personal que a esa hora ya estaba en el local para iniciar los preparativos para el almuerzo.
Los detectives conversaron con todos ellos y uno, que posteriormente resultaría ser el autor, confesó que durante la noche estuvo “carreteando” en algunos locales nocturnos y como a las cuatro de la mañana pasó frente al Puerto Viejo.
El jefe de la Brigada de Robos, Marcel Bastías, dijo que este indicio despertó las sospechas de la eventual participación de esta persona en el robo. Por este motivo lo llevaron al cuartel de Investigaciones y al revisarle la vestimenta le encontraron la llave. En esos momentos declaró a los policías que pertenecía a un casillero del ex supermercado Cofrima, de calle Lautaro Navarro. La policía se trasladó a ese lugar y los dichos resultaron ser una mentira.
Posteriormente dijo que la llave era de un de casillero de Abu Gosh centro. Cuando la PDI lo llevaba a ese lugar en un furgón policial, en el camino confesó que había robado la caja fuerte y dijo que la tenía guardada en una mochila que dejó en el casillero del supermercado.
Para robar la caja ingresó al restaurante saltando un muro y, según lo que recuerda, porque el delito lo cometió bajo los efectos del alcohol, pasó al estacionamiento y luego ingresó al local de turismo. Estando dentro se acercó al bar y se sirvió unos tragos, luego de lo cual se fue a dormir a casa. Al despertarse en la mañana se encontró con la caja metálica al lado de su cama, así que la metió en una mochila y fue a guardarla al casillero del supermercado. Tal vez con la intención de abrirla más tarde por si le faltaba dinero.
Ahora el detenido, identificado como Francisco Aguilar Díaz, enfrentará la justicia por el delito de robo en lugar no habitado.