De tanto repetirlo, una mayoría piensa que los Derechos Humanos sólo tienen que ver con los atropellos cometidos por la dictadura, pero el concepto es mucho más amplio y también global para el desarrollo de una democracia, incluye y de manera protagónica, a los derechos económicos y sociales. Estos no se han visto protegidos luego de la dictadura, la falta de acceso de una mayoría a una educación y atención de salud digna, así lo delatan, como también el derecho a huelga o a paro de los trabajadores, vulnerando con esas restricciones, a los derechos fundamentales. Estimo que esto se debe a que ha primado como concepto, la lógica incluida en la Constitución del 80, que privilegia el derecho a la propiedad, sobre el derecho de la gente. Si damos una mirada retrospectiva sobre nuestro acontecer político en “democracia” podemos observar que la violencia policial y la represión ha estado presente siempre, especialmente frente a los problemas planteados por los pueblos originarios, llegando incluso a la aplicación de la ley antiterrorista para juzgarlos, culpándolos de agitación y atentados a la propiedad. Debemos estar atentos a las agendas de los candidatos a La Moneda, para ver si incluyen estos temas, para modificarlos desde luego, la promoción de los derechos humanos de niños y adolescentes, mujeres, inmigrantes, pueblos originarios y personas privadas de libertad, abogar contra la discriminación y a favor de la plena democracia y participación ciudadana. Estimo que no basta esgrimir en cartelera un independentismo regionalista, que es loable sobre todo en nuestra región, pero que deben incluirse esos temas de verdad y justicia. Hay que considerar la plena inclusión de nuestro país en los Tratados Internacionales sobre la Desaparición Forzada de Personas (suscrito en Naciones Unidas y la Convención Interamericana de OEA) que aún no se ratifican, siendo nuestro país uno de sus impulsores. Seguramente las autoridades se van a hacer presentes en el sepelio de Víctor Jara, masacrado ferozmente en el 73 en el Estadio Nacional, que recién va a tener su funeral como corresponde a un chileno de su estatura cultural y moral, y se harán varias gárgaras con ello. 