La gran cantidad de materia incluida en la prueba es una de las principales razones que les origina inseguridad.
Para muchos jóvenes hoy es un día en que los nervios no se podrán controlar, puesto que sólo faltan horas para que por fin se inicie el proceso de rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) 2009.
Si bien tuvieron un año para prepararse, muchos consideran que nunca es suficiente, porque en los cuatro años de educación media son muchos los temas que se abordan como para llegar a manejarlos todos.
Para Javier Henríquez es la primera vez que va a realizar la evaluación y aunque reconoce que estudió “harto”, considera que es imposible sentirse seguro.
“Creo que fui responsable y me preparé harto, pero me pongo a pensar en la cantidad de cosas que pueden preguntar, y no puedo estar tranquilo. Es como si ni con todo el tiempo del mundo pudiera abarcar toda la materia”, expresó.
Javier representa a muchos jóvenes que están preocupados y desean que les vaya bien en la prueba, porque verdaderamente se prepararon, sin embargo, es importante no olvidar que a veces los nervios juegan malas pasadas.
“Soy nervioso y estas cosas me afectan. En mi casa siempre me dicen que tengo que estar confiado en que me va a ir bien porque estudié, pero igual no se sabe”, agregó.
Andrea Barría en cambio, tiene la suerte de poder controlar sus temores. Aunque se trazó un gran desafío: Estudiar Antropología, carrera que exige más de 700 puntos en la Universidad de Chile.
Su punto a favor es que arrastra una trayectoria de buena alumna. Egresó de cuarto medio con un 6,5, lo que sin duda le entrega seguridad en sus conocimientos.
“No estudiaba mucho en el colegio. Pero nunca me presenté a una prueba sin haberlo hecho. Lo que pasa es que ponía atención en clases”, afirmó.
Esa misma costumbre es la que llevó en el preuniversitario. “Estuve yendo desde marzo y fui responsable. Estudié durante el año y a esta altura queda sólo repasar”, estimó.
Ese orden, que se impuso Andrea, es lo que ahora la tiene la mayor parte del tiempo “tranquila”, aunque confiesa que “hay momentos en que me pongo a pensar que pasaría si me va mal”.
La principal razón que le causa inseguridad es la PSU de Lenguaje y Comunicación, puesto que considera que “se necesita mucha concentración porque hay que comprender lo que se está preguntando. En cambio en Matemática sólo hay que aplicar las fórmulas, también estando concentrada, pero para mí es más fácil”.
Uno de los verdaderos afortunados es Rolando Ceballos, porque la carrera que pretende seguir el próximo año no exige puntaje, sólo PSU rendida.
“Quiero entrar a Técnico en Medicina Veterinaria y no necesito puntaje, pero igual fui a preuniversitario. Ahí nos preparan harto. Además que voy todos los días”, aseguró.
Un gran número de jóvenes magallánicos optan por las carreras técnicas, por lo que no tienen la presión de alcanzar cierto puntaje para poder estudiar lo que desean.
No obstante, es importante recordar que es una instancia que si se realiza con responsabilidad y se logra un buen resultado puede abrir muchas puertas, porque se podrá escoger entre una gama más amplia de profesiones.
Asimismo, si los resultados no son los esperados, hay que tener en cuenta que se puede rendir la PSU el próximo año. Y no serán los primeros ni los últimos en tener que esperar otra oportunidad para conseguir lo que quieren.