
Los jóvenes pueden anular su contrato con cualquiera de las casas de estudios dentro de un plazo de diez días desde que se dieron a conocer los resultados de las solicitudes para seguir una profesión.
“La ley de retracto, que es general, se puede utilizar también en la educación superior. Esto se traduce a que el estudiante puede cambiar su decisión incluso una vez que se haya matriculado”, explicó la seremi de Educación, Eleanor Montaña.
Para hacer efectivo este derecho sólo hay que mostrar en el primer establecimiento el comprobante de matrícula del segundo, además de una carta, con fecha, informando de la necesidad de anular el contrato. Una vez realizado este trámite el estudiante debe exigir la devolución completa del dinero cancelado. Sólo se le puede retener un máximo de 1% por gastos administrativos.
Asimismo, la casa de estudios debe hacer efectiva la devolución del dinero hasta diez días después de que se hizo efectivo el retracto.
Es importante enfatizar que esta instancia legal es irrenunciable, por lo que las universidades no pueden anular la disposición en ninguna de su documentación.
“Esta obligación recae en todas las universidades, centros de formación técnica e institutos, por lo que todos los jóvenes pueden hacer efectivo este derecho”, aseguró la autoridad educacional. Ante cualquier conflicto que pueda surgir lo recomendable es acercarse al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).