Muy radical de los radicales por Matías Carrozzi

General
24/01/2010 a las 17:34
Lamentable es, a mi juicio, que por presiones políticas el Partido Radical deba volver sobre sus pasos y desconocer un acuerdo que, además de resguardar su propia agenda y doctrina, por no tratarse de un acuerdo político sino administrativo, podría haberse convertido en el salvavidas de un partido menospreciado sistemáticamente por los demás integrantes de la Concertación. Es más, por ser una colectividad pequeña, los radicales han aceptado estoicamente que se les mire como el “pariente pobre”, accediendo con resignación a pequeñas cuotas de influencia, bastante marginales hay que decir, dentro de las esferas del poder político en los gobiernos de la Concertación.
Dicho esto y a diferencia de lo que han transmitido convulsivamente algunos, en el sentido de catalogar el acuerdo como un “error político”, considero que lo hecho por la bancada de diputados del radicalismo es positivo y constructivo. Insisto, no sólo porque jamás estuvo en riesgo su disciplina ni su carácter de partido opositor al Gobierno de Sebastián Piñera, sino porque a la evidencia de una Concertación descompuesta, en la cual ni sus presidentes son capaces de sentarse a conversar civilizadamente, era lógico que sus representantes velaran por el futuro de su colectividad.
El problema aquí surgió porque estos acuerdos administrativos se suscribían siempre entre bloques políticos, jamás por separado. De ahí la reacción desmedida de Camilo Escalona y Gabriel Silber. Es decir, no es traición o pacto con el diablo lo que está en juego aquí, es sólo que la materialización de este acuerdo pone en evidencia el nivel de descomposición en que se encuentra el bloque oficialista.
La oportunidad de los radicales de acceder a los espacios de influencia que les permita mantener activa su colectividad es una tarea preponderante y así creo que lo entendieron sus diputados al sentarse a conversar con los demás partidos políticos. Por consiguiente, esta es una discusión estratégica y no ideológica como quieren hacer ver los que eventualmente perderán sus nichos de poder. Principalmente la DC y el PS.
Si Quilapayún y Los Huasos Quincheros son capaces de dejar sus diferencias de lado y trabajar juntos, ¿porqué no meditar dos segundos en la oportunidad de hacer una oposición moderna? Es fácil protestar por todo, aún sin saber de qué se trata el tema que se critica. Lo difícil es construir y entender que la dicotomía izquierda- derecha ya no tiene el mismo significado de antes.
¿No les parece que hoy es tiempo de mirar las cosas con un poco más de fe y generosidad?.
Hay tiempo para pensarlo.

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