
“No entiendo cómo me salvé”, dijo poco después de este inusual accidente ocurrido en prolongación Enrique Abello, a tres kilómetros de la avenida Presidente Eduardo Frei.
Bustos circulaba de cerro a playa después de haber ido a dejar material a un lugar de acopio, en faenas que ejecutan para una empresa constructora. Cuando pasaba frente a las instalaciones de una firma repentinamente sintió un violento golpe. “Yo venía bajando muy despacio, porque como usted puede ver aquí no se puede andar muy rápido ya que el camino está muy malo, cuando de repente sentí un tremendo golpe y mi camión fue empujado arriba de una loma. Lo único que pude hacer fue aguantar y aguantar el camión para no darme vuelta. Luego no me recuerdo de nada por el golpe que recibí en la cabeza”. Minutos después dice que vio gente que observaba el accidente y se bajó de la cabina.
El conductor que causó el choque permaneció por algunos unos minutos en el lugar pero, en un descuido, escapó antes de que llegara Carabineros. Esto hace presumir que pudo andar conduciendo bajo los efectos del alcohol, como lo indicaron algunas personas que estaban en el lugar del accidente.
Los daños en esta máquina son cuantiosos, sobre todo en la parte frontal, que llegaron a descuadrar la cabina del camión Dodge de color rojo.
El suboficial a cargo de la patrulla de Carabineros que concurrió al llamado que fue realizado a la central de telecomunicaciones indicó que en este caso lo que corresponde es cursar una denuncia al Segundo Juzgado de Policía Local por daños (sancionado como falta).
José Bustos quedó choqueado con esta experiencia la que no pudo compartir con el otro chofer. Al menos le hubiese gustado preguntarle qué le sucedió para saber por qué perdió el control de la máquina.
Pese al fuerte impacto, y como quedaron los fierros retorcidos, el accidente no dejó personas lesionadas.