
Esta persona quiso ir a un juicio oral, porque en esta instancia esperaba demostrar su inocencia, sueño que ayer le ayudó a cumplir el abogado de la Defensoría Penal, Juan Ignacio Lafontaine (en la fotografía).
El defensor sostuvo en todo momento la inocencia de Villarroel, dejando en claro que su cliente permaneció privado de libertad por un delito que no cometió. “Su único pecado –dijo- fue viajar en un automóvil donde el conductor llevaba un animal faenado, delito por el cual dicho conductor ya fue condenado”.
“O sea que, se preguntó en el alegato de clausura, si en un bus la policía encuentra animales robados: ¿Vamos a acusar a los 40 pasajeros del bus como autores de abigeato?”.