
“En la Antártica no se sabe lo que hay. El estudio del fondo marino permitirá descubrir nuevos organismos”, afirma este investigador. Los científicos del Instituto Antártico Chileno han sintetizado bacterias que producen compuestos antimicrobianos capaces de matar a otras bacterias.
“En el ambiente antártico las bacterias están constantemente en guerra. Para poder apropiarse del espacio, sintetizan moléculas que se disparan unas a otras”, señala el profesor González Aravena. La mayoría de los organismos antárticos son extremófilos: viven en grandes profundidades, están sometidos a altas radiaciones ultravioleta o soportan elevadas temperaturas, como en Isla Decepción, donde existe un volcán en activo.
En el “continente helado” paradójicamente también hay zonas en las que las especies deben hacer frente a la carencia de agua (en estado líquido) durante la mitad del año o ambientes totalmente sellados, como los lagos subglaciares. Hace 23 millones de años, la Antártica se separó de los demás continentes y quedó aislada. Eso provocó que muchas especies siguieran caminos evolutivos completamente distintos a las del resto del mundo. Hoy día, el hallazgo de nuevas proteínas podría derivar en aplicaciones útiles para la humanidad, como la producción de protectores solares o sustancias descontaminantes y anticongelantes.