
El acostarse pasadas las 22 horas y despertar cerca del mediodía debe ser uno de los primeros temas en ser abordado y modificado por los padres, pero de manera gradual.
“Lo recomendable es que se despierte a los niños 15 minutos antes cada día hasta llegar a la hora en que tendrán que hacerlo durante el año”, explicó el sicólogo y docente de la Universidad de Magallanes (Umag), Eduardo Pino.
Sin embargo, lo más sano es que este procedimiento sólo se inicie una semana antes del día en que tendrán que volver al colegio, ya que si se comienza con mucha anterioridad, la visión de las clases para el estudiante desde un principio será negativa.
Esta técnica también ayuda a incrementar la costumbre de estar en la cama temprano y que los niños tengan más sueño cuando llega la noche, porque al no tener obligaciones sienten menos cansancio. “El colegio significa un estrés para ellos y les provoca ganas de acostarse y dormir, algo que en vacaciones está lejos de suceder”, agregó el profesional.
El especialista detalló que el día antes de entrar a clases sería ideal que los hijos estén despertando una hora antes de la que tendrán que hacerlo el día posterior y el resto del año académico.
Actividades
Instar a los hijos a levantarse temprano involucra una mayor responsabilidad para los padres o para las personas que se quedan a cargo de ellos, puesto que se deben tener planificadas algunas actividades para que el día no se les haga tan largo.
“No sirve de nada que los niños estén a primera hora en pie si se van a ir a sentar a ver televisión o al computador. La idea es que salgan o se entretengan en la casa, pero que se mantengan haciendo cosas, que no puedan decir que lo despiertan para que se aburra”, manifestó Pino.
Comunicación
Un error frecuente de los adultos es darle a entender a los niños que volver a clases es algo negativo, cuando debiera ser todo lo contrario.
“Los padres tienen que procurar que el mensaje que entreguen a los hijos sobre la entrada al colegio sea positivo, puesto que muchas veces lo anuncian casi como un castigo”, agregó.
Otra situación que, sin quererlo, se transforma en una mala señal para los hijos respecto del colegio, es cuando se dejan las compras para última hora y los padres acuden de mal humor a las tiendas.
“Esa es una escena que se repite mucho, por lo que es preferible realizar las compras con anticipación. Además, hay que considerar que los adultos sufren un mayor estrés en marzo por los gastos y las deudas que deben afrontar”, afirmó el sicólogo.
Una forma de entregar un mensaje con carga positiva y generar motivación en los hijos es que cuando se vaya a comprar algunos materiales o el uniforme, los estudiantes puedan elegir algo que les guste: un estuche, un cuaderno o lápices.
A su vez, un factor que ayuda es que los alumnos vean que sus padres están contentos con el inicio del año escolar, “que los niños noten que también es algo importante para ellos, que serán un apoyo y que participarán de las actividades”, explicó el académico de la Umag.
Actuar con tiempo y considerar estos consejos es la mejor forma de que el proceso de vuelta a clases no sea traumático para grandes y chicos. Especialmente, considerando que resta menos de un mes.