
Esta no sólo debe basarse en la calidad de educación que entrega el lugar y en el cumplimiento de los documentos legales para su funcionamiento, sino que también debe generar tranquilidad y confianza en los papás, lo que en gran medida dependerá de los dos aspectos anteriores.
“Se considera sala cuna y jardín infantil a todo establecimiento que reciba durante el día a niños y niñas desde los 84 días hasta la edad de su ingreso a la Educación General Básica y les proporcione atención integral que comprenda alimentación adecuada y educación correspondiente a su edad”, estipula la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).
Un aspecto importante en el que se debe poner atención, es en la infraestructura, lo que se refiere al espacio que se otorga a cada menor, la iluminación, los servicios higiénicos, el sitio donde está ubicada la calefacción y su seguridad, la ventilación y el patio.
El buen cumplimiento de éstos se traducirá en una mejor educación para los hijos, ya que se podrán realizar más actividades que ayuden al desarrollo de sus habilidades en la etapa más importante su vida.
Pero no basta con que el establecimiento sea amplio, ya que tan importante como eso es que sea acogedor, que su decoración sea acorde con el nivel en que asiste el niño y que las instalaciones peligrosas, como los enchufes, estén ubicados a una altura que sea inaccesible para los párvulos.
El juego es parte esencial del proceso de aprendizaje en los primeros años de vida, por eso hay que considerar cuando se visita un jardín infantil que exista diversidad de elementos educativos y que cada uno de ellos sea seguro.
Personal
Las personas que trabajan en un jardín infantil son las que en definitiva crean el ambiente y las que tendrán a su cargo el cuidado de los hijos, por ello preguntar a qué se dedica cada quien es una de las recomendaciones de las especialistas.
“El jardín debe contar con una directora, educadoras, técnicos de aula, manipuladora de alimentos y auxiliar de servicios menores”, informó la Junji.
Asimismo, los padres pueden solicitar los documentos y certificados que corroboren el nivel educacional que afirma tener cada funcionaria.
Currículo académico
Para evitar problemas futuros, los papás deben pedir y leer las reglas del establecimiento, el objetivo y el proyecto educativo. Esto permitirá desechar algún jardín infantil a tiempo si se incluyen normas que para los apoderados son inadecuadas.
El sistema de evaluación debe ser uno de los temas más claros para la familia, lo que no se refiere sólo a las calificaciones, sino que también los aspectos sicológicos y de madurez, particularidades que muchas veces hacen repetir de curso a los párvulos.
En el caso de que el jardín infantil sea privado, se debe solicitar el empadronamiento de éste, lo que asegurará el cumplimiento de las medidas requeridas por la autoridad.
Finalmente, la recomendación de Junji es que desde el momento en que ingrese al establecimiento, se le pregunte al hijo cómo se siente en el lugar, qué le gusta y qué no. Esta costumbre de generar diálogos en torno a su rutina servirá no sólo en los primeros años como alumnos, sino que durante toda su vida como estudiante.