
La pareja, que cuenta con autorización vigente para realizar sus actividades comerciales, alega arbitrariedades por parte de la actual administración del recinto turístico, indicando que no los dejan trabajar. “Yo soy una mujer de 70 años y jamás he pedido nada a nadie, yo sólo quiero trabajar como siempre lo he hecho. Por el momento, me encuentro sin fuente laboral y esperando a que la autoridad me dé alguna solución”, alegó la angustiada anciana.
Por su parte, González reclama que además, existiría una presunta discriminación en contra de ellos por ser descendientes indígenas.
Con respecto a estas acusaciones, la administradora del Fuerte Bulnes, Claudia Sepúlveda, no se quiso pronunciar.