
Se trata del Programa de Residencia Familiar Estudiantil, donde la Junaeb ubica hogares con disponibilidad de acoger y cuidar a alumnos que deben alejarse de sus cercanos para cumplir con su escolaridad.
En promedio, el organismo gasta $ 131 millones en este beneficio. “Con estos recursos podemos ofrecer un servicio de alojamiento y cuidado a aquellos niños de familias vulnerables, que no tienen continuidad de estudios en las comunas donde viven”, manifestó la directora de la Junaeb, Solange Fuentealba.
Se espera que para este 2010 los fondos permitan alcanzar una cobertura mayor a 130 usuarios. El año pasado se benefició a 136 menores.