
Y es que mientras cada cual retoma el ritmo después del receso veraniego, es inevitable la congestión vehicular en las horas punta, la mayor demanda de transporte público y la ocupación masiva de los paraderos de la locomoción colectiva, con todo lo que ello implica. Hay que considerar que para este año 2010, hay 31.770 alumnos matriculados en escuelas, colegios y liceos, quienes comenzarán las clases entre el 24 de febrero y el 3 de marzo, mayoritariamente en ésta última fecha,pero sin duda la etapa escolar es una de las más bellas de la vida. Son doce años en los que, idealmente en coordinación dialéctica entre el hogar y la escuela, nos formamos como las personas que seremos el resto de nuestra existencia. Allí radica la responsabilidad que tenemos los adultos, de asegurarle a nuestros niños que este período esté repleto de educativas y enriquecedoras experiencias.
“El comienzo de una nueva temporada escolar, nos ofrece a todos, la oportunidad de convertirnos en educadores”, expresa el Jefe de la XII Zona de Carabineros General Cristian Llévenes Rebolledo, “debido a que independiente a si contamos o no con un escolar en nuestras vidas, es inevitable tener diario contacto con ellos, sea cual sea nuestra ocupación o responsabilidad en esta sociedad”, dice.
Y argumenta. “El común denominador en nuestra ciudad es la hora de llegada y salida de los lugares de trabajo y los planteles educacionales. En la locomoción colectiva, en establecimientos comerciales, en lugares de recreación, en todos lados vivimos rodeados de niños, lo que implica que nuestras actitudes y desempeño son un ejemplo cotidiano para cada uno de ellos”.
El emplazamiento que hace el Jefe de Zona de Carabineros, es a elevar la conciencia acerca de la responsabilidad que nos compete como sociedad en la formación de los niños, ya que no sólo los padres y los profesionales de la educación están llamados a mostrarles el camino correcto, en materia de comportamiento y educación formal, si no que todo adulto tiene el deber moral de participar positivamente en el crecimiento y desarrollo de los menores.
Los niños y jóvenes tienen también su cuota de responsabilidad, comenzando por respetar y obedecer los lineamientos de los padres, de sus planteles educativos y de la sociedad. Asimismo, cualquier adulto puede recordarles la importancia de mantener un correcto comportamiento en el trayecto al colegio. Si tiene un niño o joven cerca, no está demás recordarle que nunca debe transitar calles poco iluminadas, siempre debe cruzar la calzada frente al semáforo en verde o los pasos peatonales delimitados para estos fines. Además, que debe evitar desplazarse solo y jamás dejar que extraños se acerquen. Como comunidad, debemos sentirnos todos responsables de la integridad de nuestros niños.
Y cuando analizamos bullados episodios de violencia que copan los medios de comunicación, podemos también reflexionar sobre nuestra actitud frente a ello y sobre qué mensaje entregamos a los más pequeños. “Es bueno instar a los jóvenes a que se acostumbren a la sana convivencia con sus compañeros, arreglando los problemas con diálogo y buena voluntad. Insistirles en que no deben permitir que las burlas dañen sus relaciones y sobretodo, instarlos a dar aviso a un adulto cuando se piensa que algo no está correcto. Por supuesto los niños saben que van a contar con Carabineros cuando los necesiten”, expresa el Jefe de Zona, recordando la antigua frase que dice que un Carabinero, es “un amigo siempre”.