El jefe de plaza de la llamada “Zona Cero”, general Guillermo Ramírez, indicó que a las 18.00 horas de ayer, como medida extraordinaria para el control de la situación, se inició el toque de queda en las provincias de Concepción y Arauco. Así, la medida que comenzaba a las 21.00 horas se adelantó en tres horas, para poder distribuir los alimentos destinados al sector.
De esta forma, los habitantes de Tomé, Talcahuano y Chiguayante, entre otros, tendrán tránsito libre sólo entre las 12.00 y las 18.00 horas, para el resto del día, estar dentro de sus hogares.
El jefe militar, al hacer un balance del segundo día de toque de queda, señaló que la extensión horaria de la medida ha permitido alcanzar una condición de “relativa normalidad” en la zona de conflicto.
Ramírez insistió en que la seguridad “ha ido mejorando paulatinamente, no es comparable con la noche anterior, es una situación de relativa normalidad, hubo focos menores de conflicto”. “No hemos tenido reportes de acciones de pillaje o bandidaje”, aseguró el militar, quien además señaló que en la segunda jornada de toque de queda, hubo 58 detenidos por infringir la disposición, los que serían derivados al gimnasio municipal de esa ciudad, para posteriormente ser pasados a la fiscalía.
Para finalizar, Ramírez, en un afán de llamar a la calma, dijo que el Ejército dentro de las próximas horas incrementaría sus efectivos en otros cuatro mil hombres.
Chillán pide
toque de queda
A raíz de los trágicos sucesos que acarreó el terremoto, el obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrín, se manifestó formalmente a las autoridades pidiendo el “toque de queda urgente” para dicha ciudad, luego de los constantes focos de violencia registrados en la capital provincial del Ñuble.
Pellegrín mencionó que “tanto el alcalde Sergio Zarzar, como la población, están deseando que se declare el toque de queda para poder dormir tranquilos, porque desde el terremoto no podemos hacerlo”.
El obispo de Chillán fundamentó su petición explicando que, “debido a rumores infundados, se despertó una inquietud generalizada respecto a que habrá saqueos y robos en las casas”, y recordó que también “hay cerca de 200 reos que escaparon de la cárcel. Todo esto crea una tensión inmensa en la gente y los vecinos, que se organizan con fogatas en las esquinas para defender sus casas y parte de ellos, echa mano a algunas armas”, denunció.
“Hay mucha generosidad y entrega por parte de Carabineros y las fuerzas de orden. Pero los efectivos militares no son suficientes y tengo la impresión de que el gobierno y las autoridades, no por mala intención, simplemente por las necesidades que hay en otros lugares, se han olvidado de Ñuble o quieren bajar el perfil a una emergencia que se  les está yendo de las manos”, relató la autoridad religiosa, recordando sus intentos por contactar al intendente del Biobío, Jaime Tohá, lo que no ha logrado debido a problemas de comunicación.
Finalmente, Pellegrín hizo un llamado “a mantener la serenidad, la calma y no salir a las calles, aunque haya una intención buena de defender sus casas, porque podría haber errores y lamentar víctimas innecesariamente y al mismo tiempo, hago un llamado a la solidaridad, a preocuparse de aquellas familias que están solas y no tienen alimentos”.