Llegaron a salvo y con un gran tercer lugar

General
03/03/2010 a las 10:50
Entre abrazos, lágrimas y emoción, producto de la angustia acumulada tras cuatro interminables días de preocupación, los padres y familiares del plantel Sub 13, que estuvo más de dos semanas en la Octava Región recibieron ayer a sus retoños.
 A eso de las 19.30 horas y bajo gran expectación, llegó el bus que trasladó a los dirigidos de Cristián González desde una zona azotada por el fuerte terremoto hasta el estadio Ramón Cañas Montalva de Punta Arenas.
Estuvieron al borde de la muerte, y sufrieron bastante, porque se encontraban muy cerca de las localidades más afectadas.
Pero afortunadamente tuvieron un buen regreso a casa, sin novedad y, más encima, con un tercer lugar bajo el brazo, obtenido en el Nacional Coelemu 2010 donde brillaron, y donde también vivieron en carne propia la que seguramente será una de las experiencias más inolvidables de sus vidas.
Eterna espera
El alma volvió al cuerpo de los preocupados padres, quienes tuvieron más de algún inconveniente para saber noticias de sus hijos el fin de semana, debido a los problemas de comunicación que persisten en la zona afectada.
No obstante, el excelente resultado de las jóvenes promesas pasó a segundo plano. Al saber que se encontraban muy cerca del epicentro del devastador sismo que sacudió la madrugada del sábado a la zona centro-sur del país. La preocupación de los magallánicos se acentuaba al ver el bombardeo de información en todos los canales nacionales, revelando la magnitud y el caos que reinaba en la zona.
Así, los 17 jugadores, el DT, el preparador físico Marcelo Herrera y el dirigente Sergio Mansilla, tuvieron una emocionante bienvenida digna de unos “supermagallánicos” que sobrevivieron a una dramática experiencia, y que por fin llegaron a sus hogares junto a sus seres queridos.
La emoción
de González
Para el adiestrador del plantel local, el viaje tuvo una parte buena y otra mala.
“Se hizo historia porque jamás una serie infantil había llegado a un tercer lugar, pero, a su vez, porque estuvieron al lado de una gran tragedia que sacudió sin clemencia a miles de personas”, expresó Cristián González.
“Fue algo bonito que se coronó con algo muy difícil. Ser parte de un terremoto estando lejos de nuestros hogares, sin suministros básicos ni comunicación fue muy complicado”.
“Teníamos 17 hijos que cuidar, por lo que había que mantener la tranquilidad”.
“El momento más alegre fue cuando salimos de Concepción, y luego de varias horas de viaje llegamos a Punta Arenas, donde por suerte llegamos bien”, concluyó muy emocionado el técnico.
Por Felipe García G.

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