Sub-13: El viaje más inolvidable para bien y para mal

General
04/03/2010 a las 09:49
Cuando la selección Sub 13 salió el 15 de febrero rumbo a la Región del Biobío, jamás imaginó que podían vivir una experiencia tan ajena a lo futbolístico como sentir la inclemencia de un fuerte terremoto.
Todo marchaba bien hasta que en el día 13 del periplo por tierras penquistas sucedió lo increíble. Justo antes de la tragedia, el grupo de 17 jugadores, dirigidos por Christian González, alcanzó a demostrar su excelente juego colectivo llegando a las semifinales invictos, tras resultar primeros en el Grupo D del nacional de la categoría.
Las expectativas
En relación a los objetivos antes de viajar al nacional, González comentó: “Nos preparamos física y psicológicamente para viajar en busca de la copa. Mantuvimos y mostramos el mejor fútbol del campeonato, y fue un logro importante haber llegado a las semifinales. Estamos contentos pero con un dejo de amargura, porque podríamos haber ganado el campeonato”, expresó el técnico con respecto al tema futbolístico.
El DT comentó que de los rivales que enfrentaron, el cuadro de Arica fue el más difícil por su buen juego; que el partido más complicado fue frente a Arauco (4-4); y el que más dolió fue la derrota 1-0 frente a Quilicura, en semifinales.
Cambio de sede
Hasta los cuartos de final, el equipo puntarenense permaneció en la localidad de Coelemu, pueblo situado a 40 kilómetros al norte de concepción y, por ende, más cerca del epicentro del terremoto ubicado a la altura del límite de la Octava con la Séptima Región.
Es decir, el jueves 25 de febrero, cuando los magallánicos se trasladaron a San Pedro de la Paz para afrontar las semifinales, afortunadamente se alejaron del epicentro del sismo.
“La verdad es que futbolísticamente no nos queríamos mover de Coelemu, pero si el terremoto tuvo menor magnitud en San Pedro de la Paz, es cosa del destino. Igual se sintió muy fuerte, pero lo importante es que ahora estamos en casa”, dijo González.
El día antes
El viernes, un día antes del terremoto (sábado 3.34 horas), el plantel aún sentía el no haber podido llegar a la final, a pesar de haber jugado un campeonato notable.
Sin embargo, González había pactado una visita al estadio Las Higueras de Talcahuano, a la cual fueron, enfrentaron a la
Sub 13 de Huachipato, y vencieron 4-2.
“Tenía una invitación para un partido amistoso y fuimos. Aprovechamos de conocer las instalaciones, e incluso, nos invitaron a cenar. Nosotros habíamos armado un calendario de actividades, que permitiese levantar el ánimo del equipo por la derrota y estuvo muy alegre porque hasta fuimos la noche del viernes al Circo de los Tachuela”, agregó el DT.
“Faltaba uno”
Nada hacía pensar que horas después se iba a desatar una catástrofe de tal magnitud como la que sacudió a toda la parte centro-sur del país.
Estaban todos durmiendo en sus respectivas literas, cuando se empezó a mover todo. “En dos o tres minutos salimos, los conté y me di cuenta de que faltaba Pablo Caibúl, así que entré a sacarlo. Tenía el sueño más pesado de todo el plantel y fue el único que no sintió el terremoto”, comentó.
Por supuesto, después del fuerte sismo nadie volvió a entrar al edificio donde alcanzaron a pernoctar un día en el tercer piso. “Dormimos afuera todos juntos y bien abrigados. Sentíamos las réplicas cada diez minutos por lo que era casi imposible conciliar el sueño”, recordó González.
El sábado y el domingo fueron terribles para los seleccionados. Caos generalizado, saqueos, hambre, sed y escasez, fueron algunos de los conceptos más recordados por estos sobrevivientes. “Nuestro rápido retorno se gestó gracias al apoyo de los padres, los que hablaron con el intendente Mario Maturana, quien gestionó la salida el domingo y el regreso a Punta Arenas”.
Finalmente, el DT no ocultó sus ganas de seguir dirigiendo a sus pupilos, asegurando que son promesas que pintan para representar en futuras Araucanías, por ejemplo.
“Tenemos un plantel con mucho futuro. A mí me gustaría mantener este proyecto con los niños y dirigir una Sub 15. Yo termino acá mi trabajo, la Asociación Punta Arenas deberá evaluar, pero lo que más me gustaría es mantener este grupo en una selección
Sub 15, corregir algunos errores y proyectarlos para lograr un primer lugar nacional en un futuro”, concluyó.
Los protagonistas
Más tranquilos y en casa, tres de los jugadores contaron su experiencia desde su propia perspectiva.
El defensa del club Soccer, Esteban Durán, de 13 años, entró a octavo básico en la Escuela Bernardo O’Higgins, y comentó: “Después del terremoto logré hablar con mi familia como 11 segundos porque se cortó. Pero estoy contento porque hicimos historia y logramos un valioso tercer lugar nacional”.
A su vez, el capitán Nicolás Miranda, de 13 años, cursa octavo básico en el Liceo Salesiano San José y fue uno de los mejores mediocampistas del campeonato. También pertenece al Club Soccer. “Cuando estaba temblando, nos vestimos rápido y salimos altiro. Teníamos miedo de que se fuera a derrumbar el edificio donde estábamos”, recordó.
Luis Oyarzo, mediocampista del Club Prat, entró a primero medio en el Instituto Don Bosco, comentó su experiencia en el viaje de 17 días que culminaron con la dramática vivencia.
“Primera vez que íbamos a un nacional, y justo nos toca vivir un terremoto. Estábamos muy asustados, todos llorábamos y pensábamos que íbamos a morir”.
Por Felipe García G.

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