La historia del “bombero-héroe de Punta Arenas” en la “Zona Cero” del sismo

General
04/03/2010 a las 11:01
Patricio Aguilera Salinas, voluntario de la cuarta Compañía Bomba Croata, del Cuerpo de Bomberos de Punta Arenas, se encuentra trabajando activamente en labores de rescate en la llamada “Zona Cero” de la catástrofe, ubicada en Concepción.
Coincidentemente, según relata Aguilera, “el día del terremoto, me encontraba realizando el Curso Avanzado de Rescate Urbano en Viña del Mar, en donde a los bomberos se les enseña como trabajar y reaccionar en este tipo de emergencias”.
Al momento del movimiento sísmico, el curso del cual era partícipe Aguilera, se detuvo, y junto a los instructores de Viña del Mar, “salimos de inmediato a trabajar en búsqueda y rescate de personas en todo el litoral de la Quinta Región”, señaló.
De los 40 alumnos que integraban dicha capacitación, el magallánico voluntario era el único que no tenía noticias de sus padres, los cuales se encontraban en Talcahuano, específicamente en la comuna de Hualpén.
Sin saber nada de su familia, Aguilera viajó a dedo desde Viña del Mar a Concepción, por más de 15 horas hasta finalmente llegar a Talcahuano.
“A la 1.00 hora de la madrugada me presenté a la Cuarta Compañía de Bomberos de Concepción e inmediatamente me destinaron en un grupo de rescate en el edificio Borde Río, lugar que ha sido la postal de la tragedia. En el lugar, junto a otros voluntarios, buscamos y rescatamos a varias personas. Trabajé hasta la mañana del día siguiente y finalmente pude llegar donde mi familia y saber que todos estaban sin problemas”, relata el heroico puntarenense.
Después de esto, “las ganas de servir a los demás”, hicieron que Aguilera volviera al edificio, por más de 48 horas seguidas con bomberos de Talcahuano, Concepción, Hualpén, Puerto Montt y Santiago.
“Una vez llegado los grupos de Santiago, nos enviaron a Talcahuano donde realmente era dantesco el panorama. Containers en la calle, las construcciones colapsadas, sumado a los robos y saqueos que mostraban lo peor del ser humano”, agregó.
Aguilera comenta que “en Talcahuano es muy difícil transitar. La gran cantidad de contenedores en la calle armó un laberinto complicado de superar. La ola y el barro llegaron a la plaza de armas, ubicada a unas cinco cuadras del mar. Barcos en plena calle, gente saqueando. Falta mucha ayuda en este lugar, así como en la costa de la Octava Región, en lugares como Penco, Tomé, Dichato y Coronel”. Aguilera agrega que “para bomberos ha sido imposible trabajar, ya que la gran cantidad de incendios y los constantes asaltos a los propios voluntarios hacen imposible el obrar”.
“Como bombero, me ha tocado ver muchas cosas que han ido forjando mi personalidad y mi corazón. Sin embargo, en este terremoto, el dolor de las familias que están separadas sin saber si sus familiares están vivos o muertos. Niños enviados a robar a tiendas, todos embarrados y con hambre. Sumado a lo más difícil, que ha sido saber que no estamos preparados para estas emergencias y que es un gran mensaje que Dios nos envía, para dejar de lado las peleas y disfrutar la vida junto a quienes nos rodean”, concluyó.

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