Lo de ayer en Coquimbo no podía tener otro final que la triunfante bandera chilena en lo alto. Como en muchas ocasiones, el tenis volvió a brindar una alegría, mucho más necesaria ahora y que se agradece el doble, por todo el sufrimiento que embarga al país.
Las victorias de Nicolás Massú y Fernando González en Copa Davis van más allá de dejar a Chile 2-0 ante Israel y con la posibilidad latente para avanzar a los cuartos de final. Significan una breve sonrisa para los afectados por la catástrofe, cuya fortaleza que han mostrado los sobrevivientes les dio a nuestros representantes en el deporte blanco una motivación extra.
Pero ni Massú ni González comenzaron bien. Como si hubiesen estado sintiendo aún el dolor de miles de chilenos. Tan devastador como el terremoto fue el inicio de ambos partidos. Massú partió perdiendo el primer set por 4-6 ante el primer singlista de Israel, Dudi Sela (66º ATP) y parecía que todo se tornaba oscuro.
Pero Massú se puso de pie, tal como están renaciendo las zonas afectadas. Aunque su nivel no sea el mismo de años anteriores, en cada golpe del viñamarino estaba presente el empuje de los habitantes de Duao, Dichato, Constitución, Talca, Curicó, Pelluhue, Talcahuano, Tomé, Concepción, Iloca, entre otras. El Vam-piro se sobrepuso a su feo inicio y se llevó los tres siguientes sets con parciales de 6-2, 6-2 y 6-4 otorgando el primer punto para Chile.
Tras ello, Massú explicó sus sensaciones y del por qué comenzó tan dubitativo: “Es normal, estás jugando por tu país y uno, cuando ya ha jugado tanto en Copa Davis sabe manejarlo, pero de repente había momentos del partido que la gente gritaba ‘vamos por las víctimas, vamos por la gente del sur’, entonces costaba soltarse, porque quería ganar, no quería fallar”.
Luego fue el turno de Fernando González, que al frente tenía a la segunda raqueta de los israelitas, Harel Levy (118º). Pese a la enorme distancia que los separa en el ranking, Levy se llevó la primera manga por un rotundo 6-2 ante un desconcentrado Bombardero.
Sin embargo, pasó lo mismo que en el encuentro anterior. El oriundo de La Reina se sobrepuso y dejó las cosas en su lugar y se impuso en los siguientes sets por 6-3, 6-4 y 6-4.
Tal como Massú, González dedicó su victoria a quienes lo están pasando mal: “Ojalá que esto (el triunfo) sea una pequeña alegría para la gente entre tanta tristeza. Ahora, ojalá que podamos ganar la serie”.
Hoy será el turno del dobles, que hasta anoche aún no estaba definido. De ganar a Israel, Chile enfrentará en cuartos de final de Copa Davis a República Checa, que eliminó a Bélgica. Un dato menor en esta historia, porque ayer lo que importaba era mantener en alto el espíritu.