
Donde más evidentemente queda de manifiesto este hecho, es en la intersección de esta vía con calle Sargento Aldea.
En dicho sector, hay varios locales comerciales y un nutrido tráfico de transeúntes y automóviles que están expuestos a las consecuencias del manejo a alta velocidad.
“Rajados”
Por eso, Jorge Díaz quiso explicar que especialmente en las noches, algunos conductores se desplazan a más de 130 kilómetros por hora, velocidad en la que “no se puede anotar ni la patente para denunciar”, explicó el vecino del sector.
Agregó que pese a que ya han habido accidentes de tránsito, se echa de menos un control policial que haga advertir a quienes se desplazan tan rápido y sin ninguna necesidad, de que correr en esta vía está prohibido.
Jorge también explicó que se ha intentado organizar a la gente de dicho barrio, sin embargo la participación de los vecinos para iniciar una campaña destinada a evitar el exceso de velocidad, no ha tenido el apoyo necesario.
Fuimos a terreno, lugar donde la dueña de un conocido mini mercado, nos explicó que esta situación no ocurría antes, cuando el signo ceda el paso que hace detener a los automovilistas que se desplazan por calle Sargento Aldea, estaba en Rómulo Correa.