El director del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos, no descartó que aún se pueda producir un sismo de mayor magnitud, esto a pesar de la fuerza con que fue percibida la réplica de ayer, que incluso llevó al Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), a decretar alerta de tsunami entre la región de Coquimbo y Los Lagos.
“Nadie lo puede asegurar, pero lo más probable es que haya una réplica de magnitud un poquito alta. La gran mayoría van a ser réplicas inferiores a 6,5 grados Richter, pero tampoco pueden descartarse réplicas de otras magnitudes superiores”, señaló.
De este modo, dijo que no se puede asegurar que el sismo de 6,9 grados ocurrido ayer cerca de Pichilemu “sea la última réplica que se va a producir y la más importante” tras el terremoto de 8,8 grados del 27 de febrero.
En ese tema, explicó que la magnitud del sismo de ayer es considerada “pequeña” si se compara con los 8,8 grados del terremoto, por lo que la energía que liberó no es significativa como para descartar que ocurran más movimientos fuertes.
Consultado acerca de si siempre es esperable una réplica considerable tras un terremoto, tema muy comentado en estos días, indicó que basándose en el terremoto de Valdivia de 1960, donde “ocurrieron varias réplicas de magnitud superior, uno podría esperar no sólo una réplica importante, sino que muchas, pero eso no lo podemos asegurar”.
Recordó que las réplicas pueden ocurrir tanto en la zona de ruptura del terremoto, entre Pichilemu y la península de Arauco, como al norte y al sur de esa área.
No obstante, indicó que “es poco probable” que se registre un sismo superior a 8 grados Richter, aunque acotó que “hay situaciones que no podemos prever”. También reiteró que es casi imposible que ocurra otro terremoto en la misma zona, entre Pichilemu y Arauco, pues se necesitan cientos de años para que acumule la energía suficiente.
Barrientos, declinó cuestionar la decisión del SHOA de decretar ayer alerta de tsunami, pese a que la magnitud del sismo fue de 6,9 grados Richter, cifra que dista de los 8 grados que se considerarían como necesarios para que ocurra dicho fenómeno, según han indicado los expertos.