Fracaso definitivo por Dinko Pavlov

General
14/03/2010 a las 14:17
Creo que es necesario insistir en lo nefasta que ha resultado la decisión de municipalizar la educación y salud. La ocurrencia de los asesores de Pinochet, de reemplazar el principio del estado docente, por el estado subsidiario, interrumpiendo la tradición educacional chilena por más de 150 años. Ha quedado claro que el alcalde no es la autoridad adecuada para encabezar la educación, ya que este es un proceso de largo plazo y los problemas que enfrentan los alcaldes son de resolución rápida. Desde que se instaló el sistema, de manera repentina y sin discusión, comenzaron los problemas, ya que en los establecimientos fiscales la situación se volvió confusa, sin orientaciones claras, con abandono de las funciones pedagógicas e indisciplina que indudablemente derivaron del cambio de autoridades y métodos de administración y control. Queda más que claro que el estado nunca debió dejar su responsabilidad sobre la educación pública y su rol de actor principal. Todo el proceso de privatización y municipalización tiene un ingrediente fundamental perverso: la subvención por alumno de acuerdo a su asistencia, ya que la creación de este modelo educacional tiene que ver con las ideas economicistas más radicales de Milton Friedman. Los retoques legales a la educación no le han restado su ordenamiento en función del lucro. Hay que tener claro que tanto educación como salud deben ser una función permanente del estado, que debe asegurar su calidad y no convertirla en un objeto de lucro sometido a leyes del mercado. Los colegios privados empezaron a llevarse a los mejores profesores y alumnos, obteniendo buenos resultados, como es de esperarse, y con ello consiguieron  más alumnos, pudiendo seleccionarlos. Ante esta situación el éxodo de los alumnos de la educación municipalizada continúa y aumenta y como se paga por alumno, disminuyen los ingresos municipales que no pueden despedir a los profesores, ni tampoco pagarles; los gastos operativos se mantienen igual, mientras los ingresos disminuyen. Si no se les paga a los profesores, paran, con razón. Es una situación similar al perro que persigue su cola, como si alguien hubiera inventado este escenario para finalizar de una vez con la educación pública, que se extinguiría por falta de alumnos. Y calabaza, calabaza, cada uno para su casa.

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