Alumnos de la Umag comenzaron el mechoneo

General
18/03/2010 a las 09:32
Aunque cada año está más restringido y menos casas de estudios lo permiten, el mechoneo es parte de una tradición que muchos alumnos no están dispuestos a perder. Por ejemplo, la Universidad de Magallanes (Umag) estableció en el artículo 44 del Reglamento General de Alumnos que los estudiantes que realicen mechoneo al interior del recinto educativo se exponen a sanciones que llegan a la expulsión.
“Algunos hacen lindos recibimientos. De hecho realizamos jornadas de inducción para que los alumnos nuevos se sientan cómodos en esta nueva etapa, por lo que el mechoneo, sobre todo el excesivo, no tiene sentido”, afirmó la directora de Asuntos Estudiantiles de la Umag, Patricia Guerra.
Para evitar problemas con las autoridades educacionales, los jóvenes optaron por realizar el mechoneo en el parque de avenida Bulnes, justo afuera de la universidad.
En ese lugar ayer se encontraban los estudiantes de la carrera de Ingeniería plan común de la Umag  mechoneando a sus compañeros de primer año, quienes lucían su vestimenta rota, con aserrín, harina y un olor a vinagre que se sentía a metros de distancia. Nada diferente a años anteriores.
Una de las alumnas de segundo año, que efectúan la “bienvenida”, aclaró que “no usamos cloro. Nada de esas cosas que pueden hacer daño. Hacemos lo típico con harina, huevo y vinagre”, afirmó Paula Sánchez.
De hecho, para evitar problemas mayores y como muestra de “consideración”, todas las mochilas, parkas y zapatillas de los mechones fueron guardadas, para que no corran el riesgo de pérdidas ni deterioro.
“Tenemos un compañeros que anda en una camioneta, y ahí guardamos todo. Además afuera de la Iglesia Don Bosco le tenemos preparados sándwiches y café para la tarde, porque sabemos que van a estar con frío después de estar pidiendo plata”, agregó la estudiante.
Este año los jóvenes que estaban dirigiendo el mechoneo  solicitaron a sus compañeros nuevos reunir alrededor de $ 25.000 para crear un fondo común y realizar al término de la semana un gran fiesta donde puedan compartir.
Reacciones
Hubo opiniones divididas por parte de los mechones respecto de lo entretenido de la tradición.
Algunos con más humor y resignación agradecieron que ninguna prueba fuese “tan extrema”, sin embargo otros sólo querían dejar el lugar.
Amarrados de las manos, los recién ingresados, como Nicolás Beros manifestó que, “no quería que me mechonearan. Igual han tenido harta consideración y se nota que distinto a otras regiones, pero una lata estar así”.
También destacando el criterio de sus compañeros más antiguos para efectuar el mechoneo, Cosme Gumas afirmó que “ha estado piola. No ha habido nada grave”.
En el grupo había tres mujeres, quienes precavidas llegaron a clases con la vestimenta en peor estado porque les anunciaron el mechoneo.
“Me imaginé que era peor. Pero no ha sido tan grave, es incomodo pero nada tan extremo. A nosotras nos avisaron así que trajimos la ropa más vieja, sabíamos que nos la iban a cortar”, aseguró Vangelis Muñoz.
“Pruebas”
Además de las distintas sustancias y líquidos que literalmente le tiran a los jóvenes en sus ropas y en la cabeza, le pintan la cara y los hacen pasar ciertas pruebas.
Entre las más comunes se cuenta cruzar un pozo que contiene una innumerable mezcla de productos, donde se repite la harina, el aserrín y el vinagre, y además le agregan restos de pescados, mayonesa y varios otros.
A su vez, el mechoneo incluyó alcohol, puesto que se les incitó a tomar sorbos de pisco.
La carrera de Derecho también estaba organizando su mechoneo, quienes afirmaron que mañana finalizarán todos estos actos de “bienvenida” y se hará una fiesta con el dinero que se reúna.

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