Los últimos días han sido muy difíciles para la intendenta de Magallanes, Liliana Kusanovic. No lo ha pasado muy bien, como en las horas posteriores a su nominación e incluso, hace poco le comentó a un grupo de cercanos: “No sabía que este cargo demandaba este tipo de estrés”. Y así ha sido para ella desde el jueves 11 de marzo, cuando asumió como máxima autoridad de la región. Es que ha debido lidiar con problemas que jamás imaginó y que en la Hostería Las Torres nunca le habrían ocurrido, porque en el caso de la intendencia, finalmente ella no ha sido la que ha tomado la última decisión para armar un complejo gabinete, en el cual debe dejar contentos a unos y a otros.
Rodrigo Álvarez ha sido uno de los que le ha puesto la tarea más dura aún a Kusanovic. El subsecretario de Hacienda y ex diputado por el Distrito 60, ha utilizado en Santiago todas sus influencias políticas para instalar en el edificio de la intendencia a “hombres de su confianza”. Para ello, la UDI, el partido de Álvarez a nivel nacional, ha reclamado públicamente contra Renovación Nacional (RN), señalando que el conglomerado político del Presidente, Sebastián Piñera, se ha visto favorecido con numerosas designaciones.
Por lo mismo, en la cartera de la cual es subsecretario, Álvarez insiste en que el seremi de Hacienda en Magallanes debe ser Eugenio Prieto, hombre de su confianza y a quien fácilmente podría guiar desde la capital.
Pasajes a Santiago
Eso no le pareció muy bien a Kusanovic la semana pasada. A ello se sumaron tres aspectos, por los que debió viajar a Santiago para solucionarlos personalmente: el recorte presupuestario, la tardanza en la designación de los seremis y las denuncias por irregularidades financieras en contra de las gobernadoras de Tierra del Fuego, Catalina Besnier, y de Magallanes, Gloria Vilicic.
En la capital, su primer encuentro con ministros y subsecretarios de Piñera, no fue de los mejores. Eran muchos los temas que necesitaban aclaración y en otros tantos, simplemente debía acatar, como por ejemplo, el recorte presupuestario, donde no tuvo nada que decir, pese a que lo dialogó brevemente en una cita con Álvarez.
Kusanovic esperaba un respaldo hacia su gestión de parte del ex diputado, pero en él no lo encontró. Ni tampoco en el ex candidato de RN a la Cámara Baja, Claudio Radonich, quien pese a laborar en la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), dicen algunos de sus ex colabores, “no movió ni un lápiz, ni gestionó nada para evitar el recorte presupuestario impulsado por el Ejecutivo”.
Eso habría molestado fuertemente a Kusanovic, quien la noche del jueves se mostró muy contrariada en Santiago. “Ella no pensaba que la política era así. Ni siquiera se imaginaba que, a los pocos días de haber asumido, se iba a encontrar con este tipo de cosas”, dice un cercano.
Pero eso no era todo. La intendenta había sido alertada, la semana pasada, de que Álvarez quería sí o sí a Prieto en Hacienda y que el candidato de ella, y su mano derecha por mucho tiempo en la Hostería Las Torres, José Miguel Cruz, perdía terreno.
Y en eso el subsecretario de Hacienda le dobló la mano a Kusanovic, quien a esas alturas se volvía a cuestionar su grado de poder en la intendencia y que muchos ya califican como una “funcionaria administrativa del gobierno de Piñera”.
En el gobierno central sintieron la molestia de la empresaria de Magallanes, quien insistió que Cruz debía ser parte de su equipo. Ante ello le manifestaron que lo designara como jefe de su gabinete. Así Cruz, hombre muy necesario para Kusanovic, fue utilizado como moneda de cambio para negociar con Álvarez, y dejar “tranquila” a la UDI regional.
Y lo último que terminó por molestarla, son las continuas filtraciones que salen de “La Moneda Chica”. “Ella quiere luego tener a personas de confianza alrededor suyo, porque se siente incómoda en el ambiente en que se está moviendo. Le molestan mucho las deslealtades, y en estos pocos días las ha sentido”, señala un cercano.