Cuatro delincuentes que golpearon con fierros y un bate de madera a un gendarme a la entrada de su casa, lo dejaron gravemente lesionado. La esposa, al ver lo que le estaban haciendo a su marido, salió en su defensa y le arrojaron una piedra en el rostro y también le pegaron. Providencialmente pasaba por el sector de las calles José Kramarenko y Rolando Mattus una patrulla de Carabineros, lo que ayudó a detener a tres de los cuatro sujetos que participaron en la golpiza, identificados como Claudio Chávez Barría, Pedro Andrés Vera Vargas y Héctor Claudio Díaz Gallardo. El fiscal Oliver Rammsy los formalizó por el delito de homicidio frustrado.
Según los antecedentes que le proporcionó la policía de Carabineros, el episodio se suscitó el jueves, alrededor de las 23.30 horas, cuando el gendarme Luis Villarroel se encontraba en su casa junto a su esposa y los tres hijos (de 4, 5 y 9 años) y sintió fuertes ruidos a las afueras. Eran sujetos que estaban bebiendo y haciendo escándalos en la vía pública y en un momento gritaron el nombre del funcionario y lanzaron piedras a la casa.
Al subirse uno de estos sujetos a la reja del antejardín, haciendo el amago de ingresar al domicilio, Villarroel salió a ver lo que estaba sucediendo y en esos momentos lo interceptaron los otros delincuentes. Fue el instante en que lo golpearon, le pegaron patadas y con un palo lo agredieron en la cabeza, dejándolo con lesiones graves.
Espantada la mujer por lo que estaba sucediendo salió a defenderlo la recibieron con una pedrada en el rostro y la patearon.
Fue el momento en que llegó Carabineros y detuvo a tres personas, los mismos que amenazaron de muerte al matrimonio y sus tres hijos.
Prontuario
Los detenidos, que viven en el sector de la población Camilo Henríquez, donde ocurrieron los hechos, exhiben antecedentes policiales.
Pedro Vera tiene una condena por homicidio en grado de frustrado. Héctor Díaz registra condena por conducción de vehículo en estado de ebriedad, y condena por hurto de especies, más una tercera que está pendiente.
El fiscal Oliver Rammsy estaba sorprendido por el grado de violencia con que actuaron estos sujetos, trío para el cual pidió al juez la prisión preventiva por constituir todos ellos “un peligro para la sociedad”. El argumento fue compartido por el magistrado Juan Olivares que los envió a la cárcel. Un mes se fijó para el cierre de la investigación de este delito.
