Las dificultades que ha tenido el gobierno del Presidente Piñera, en el nombramiento de algunas autoridades en cargos de confianza, ha significado cierto descrédito funcionario a las personas objetadas, con las consecuencias posteriores en sus vidas familiares y en sus comunidades. Dadas estas situaciones, se vislumbra una oportunidad propicia para hacer cambios a la constitución política del país y modificar las leyes respectivas en el acápite, que dice relación con la generación de las autoridades regionales, llámense intendentes, gobernadores y consejeros regionales, para que estos cargos sean elegidos en votación popular así como se hace con los alcaldes, concejales, diputados y senadores para que todos aquellos ciudadanos que se consideren aptos ejercer  dichos cargos y si están dispuestos a trabajar intensamente por su gente, lo hagan con el aval de toda una comunidad y no sean motivos de agravios como se está produciendo en la actualidad,  dificultando la gestión administrativa del país. En otra faceta de unidad nacional estamos a pocos días del campeonato mundial de fútbol a realizarse en Sudáfrica,  deporte que nos debe unir a todos como chilenos y participar de la euforia que pueden provocar los posibles triunfos de la selección, en donde además habrán actos especiales para conmemorar el bicentenario de nuestra independencia nacional hecho histórico que marcó nuestra era republicana de la cual tanto nos enorgullecemos y que nos permitió consolidar veinte años de gobierno sucesivos con cuatro  presidentes, con destacados dirigentes sindicales que han hecho de su ideario social una lucha permanente de reivindicaciones gremiales, parlamentarios que hacen oír su voz en el parlamento en defensa de los ciudadanos, más una amplia red  social amalgamada con positivos cambios sociales y la solidaridad internacional son elementos contundentes para entregar esta vasta experiencia al desarrollo del  país, que viene saliendo de  una de las más grandes catástrofes que se hayan producido en la historia de la humanidad con heridas tan profundas que no se van a restaurar tan fácilmente. La reconstrucción nacional debe hacerse en todo el país, porque nuestra columna vertebral está quebrada en miles de pedazos y rehacerla va a costar mucho tiempo y no se puede perder en discusiones bizantinas siendo muy conveniente que los actores políticos erradiquen de su vocabulario y de su entorno, la violencia  verbal que sólo agudizan los desencuentros. Las ideas y propuestas se analizan, se discuten con altruismo y  patriotismo ya que detrás de ellas hay involucradas muchas personas que están sufriendo,  esperando soluciones inmediatas, mientras paralelamente se planifica a futuro y para ello son necesarios los consensos y los acuerdos mayoritarios.