¿Medios o conflictos de interés? por Luis Legaza S.

General
10/05/2010 a las 17:37
Pensar, así como están las cosas, en la mentada “independencia de los medios”, resulta bastante difícil (por no decir secamente imposible). La tendencia surge en forma inmediata (lo tendencioso es harina de otro saco), se adivina, se siente, se lee, siempre existe un sesgo, una mirada, una interpretación (a veces burdamente manoseada) de la información que recibimos. Lo anterior porque me pareció francamente patético el esfuerzo del canal del presidente de turno para “blanquear” la imagen de su negro pariente. Durante dos o tres días se nos quiso vender la imagen de un personaje que está triunfando, que es querido, reconocido y admirado por nuestros hermanos argentinos, un tipo sonriente, bonachón, que (incluso) ha bajado de peso con tanto baile y gimnasio por medio, en definitiva: un hombre bien, un ser “pro”, un (parafraseando la palabra de moda), emprendedor... Piense en el esfuerzo: periodista, asistente, camarógrafo, tiempo, dinero y esfuerzo para ocultar la verdad del accidente automovilístico del que salió (según versiones), huyendo con alcoholemia muy, pero muy, muy tardía... ¿No es penoso a secas?... Pero los medios nos acostumbran a eso y creen que la adormecida conciencia (estos inteligentes realmente creen que todo el país piensa al estilo Yingo -o cualquier idiotez de turno-), duerme el sueño profundo de los inocentes... Es verdad: hay gente que les cree, pero no todos... No pillines, no todos están roncando, situación que quedó claramente demostrada en las elecciones pasadas cuando los testaferros de la concertación creyeron que se podía seguir engañando a la gente como siempre (me imagino que aprendieron la lección, claro que cuando aún vemos peleas por asesorías y directorios y rondando a los siniestros de siempre, también que hayan aprendido algo)... Ahora fue el turno del hermano (que creyendo que con enviarlo al otro lado de la cordillera se acabaría todo), pero no fue así... Basta ver por internet el video del susodicho ofreciendo un servicio de transporte para los adolescentes y como contrapartida, imágenes del emprendedor en su hábitat (pareciera) más recurrente: ebrio (¿ y usted?, pensará más de alguno, lo acepto)... Casi por la misma fecha, los titánicos esfuerzos por limpiar (o recordándonos majaderamente), la santidad del cura Karadima que ha formado nada menos que la friolera de: “cinco obispos”... Ante semejante argumento resulta casi satánico o prácticamente merecedor de excomunión siquiera pensar, imaginarse, poner en duda al seguidor del padre Hurtado, conclusión: los acusadores mienten o sufren trastornos mentales... Juzgue usted... Pero para el habitante del barrio, para el hombre sencillo, para el adolescente de la periferia o de colegio público, no hay blindaje posible: ahí va tu nombre en el titular, la patente de tu auto, tu profesión, número de carné y los números que juegas al azar cada semana, para esos no existe protección, no eres importante, no cantas, no te has puesto silicona, no te vendes para permanecer en un programa de TV, no bailas en el caño, en definitiva, eres nadie... En fin, sigan creyendo que somos todos unos energúmenos y veremos qué pasa. Para mi madre querida y para todas las mamás, el mejor de los besos. Gracias a ellas por existir. Para ustedes como siempre, un abrazo.
P.S.: menos para los que (con hábito o sin él), creen que se puede ocultar la verdad.

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