
Con la partida intentarán dar vuelta la hoja a una historia cargada de mucho afecto y emotividad. Saben que no será fácil. Una situación que la refleja muy bien las palabras de la mujer al decir: “No me imagino cómo será nuestro regreso a casa”. Porque ella perdió a su madre, a quien no verá nunca más, y él a la suya, con toda la carga emotiva que esto conlleva. Más aún sintiéndose responsable de un accidente fortuito que, lamentablemente, cobró dos vidas, cuando viajaban desde Río Gallegos a Punta Arenas, cuyo retorno estaba previsto para el mismo día.
Diego quería que su madre, Rosa Isabel Ramírez, conociera nuestra ciudad. La mujer, oriunda de la localidad de Formosa, al extremo norte de Argentina, se encontraba de paso por Río Gallegos y aceptó la invitación del hijo. Un viaje al que también invitó a la suegra, Graciela Pitrella (madre de Marcela Melgarejo). Los tres embarcaron en el auto y salieron a la ruta, el martes 8 de junio. Una fecha que para esta familia quedará marcada en el calendario como un día fatídico.
De alta
Ayer en la mañana el conductor fue dado de alta y por la tarde volvió a Río Gallegos. Pero, antes de partir no quiso dejar pasar la ocasión de entregar un público agradecimiento “a los chilenos, con quienes estoy muy emocionado”.
Pese a las dificultades para hablar y caminar, antes de subir al vehículo que lo llevó de regreso a su país, Diego Almirón dijo: “Me trataron como un hijo”. Así lo sintió mientras permaneció internado en el hospital regional. “Muchas gracias por todo, es lo único que les puedo decir”, indicó en la despedida.
El conductor es sicopedagogo, pero se dedica al comercio. Es dueño del conocido “kiosco 24 horas” y ella es administrativa en un jardín infantil.
“Ustedes tienen un hospital de excelencia y profesionales de categoría”, destacó la mujer. Le llamó la atención la actitud de la gente durante el tiempo que visitó a su esposo, que se le acercaba para entregarle palabras de aliento y ofrecerle ayuda. “Solamente tenemos palabras de agradecimiento al pueblo chileno”.
En medio de esta tragedia, Marcela Melgarejo, admite que lo más difícil para ellos será volver a Gallegos. “Al principio uno no quiere creer que lo que te están diciendo es verdad”, como le sucedió cuando le comunicaron el accidente. A su madre la recuerda con un profundo cariño, el mismo que le tenía mucha gente en Argentina, donde la conocían como la “Mami Graciela”, porque acostumbraba a tender una mano a toda la gente que lo necesitara.
Agradecimientos
Antes de abandonar Punta Arenas entregaron una larga lista de gente a la cual quisieron agradecer públicamente, partiendo por los Carabineros de Monte Aymond. “Sobre todo a uno (el suboficial Juan Bravo), que le salvó la vida a mi marido cuando estaba en shock y lo reanimó”. Al teniente Jorge Phol Marín, a la gobernadora provincial, a los médicos, enfermeras, paramédicos, orientadoras. A la fiscal Alejandra Guevara; al cónsul adjunto de Argentina, Marcelo Balbi; al funcionario del Registro Civil, Manuel Herrera. A Juan Meza, una persona que realiza viajes de turismo y que los trasladó gratuitamente a Punta Arenas y ayer los regresó a Gallegos.
A Marta Orellana viuda de Otey, quien sin conocerlos los acogió en su casa. Solamente por el hecho de sentirse impactada por el accidente.