La iniciativa pretende identificar los riesgos o amenazas de catástrofes naturales o causadas por el hombre y disponer de acciones inmediatas para mitigar sus efectos.
Con la presencia de la intendenta, Liliana Kusanovic, el seremi de Agricultura, Manuel Bitsch, y los coordinadores de emergencia agrícolas de los servicios del agro (SAG, Conaf, INIA, Indap y Fucoa), se lanzó ayer el  “Plan de Contingencia y Alerta Temprana para Emergencias en el Sector Silvoagropecuario”, con el objetivo de identificar los riesgos o amenazas para la comunidad, los posibles impactos que pueda producir una situación de emergencia y determinar las respuestas deseadas con medidas de mitigación, y los recursos requeridos para tales efectos.
El plan regional contempla diferentes etapas y acciones, como son: la evaluación previa, es decir, si el evento producido reviste de implicancias suficientes para citar a reunión al Comité de Emergencias Agrícolas. Durante la segunda etapa, se procederá a realizar una evaluación preliminar de la situación de emergencia y si se requiere o no una constatación en terreno de los hechos. En una tercera etapa, el comité analiza los antecedentes y la información recopilada, y define si la emergencia requiere o no la incorporación de otros sectores, servicios, instituciones o ministerios. Es aquí, cuando el Comité de Emergencia del Agro deberá entregar una propuesta a la Onemi.
En una cuarta, el comité deberá reunirse durante la aplicación de las medidas propuestas para enfrentar la situación de emergencia  suscitada, con el objeto de evaluarlas para conocer el grado de eficacia , confirmarlas o rectificarlas, si fuese necesario.  Finalmente, en una quinta etapa el comité deberá juntarse, en los próximos 15 días, para evaluar cómo se enfrentó la emergencia, las medidas adoptadas y la cantidad de recursos utilizados e invertidos.
El seremi de Agricultura explicó que durante el tiempo de preparación del Plan se recopilaron mapas y cartas geográficas con las características territoriales de cada provincia, los riesgos presentes, vías de comunicación terrestres, centros poblados, así como las áreas de influencia de cada riesgo o amenaza. De igual forma, se determinó la disponibilidad, ubicación de personas y maquinarias e insumos para controlar, contrarrestar y mitigar los efectos de la emergencia, tanto estatales como particulares.
“Para nadie son desconocidas las condiciones climáticas de la zona que son tan variables, con un invierno normalmente riguroso, donde hay riesgos de nevadas intensas, como para el terremoto blanco de 1995, por ejemplo. Luego en primavera tenemos deshielos con las consecuencias conocidas como son los desborde de ríos, y en verano los fuertes vientos que son un aliado del fuego al momento de registrarse un incendio forestal, en consecuencia y, por las experiencias conocidas, debemos saber qué hacer y cómo actuar, y para ello debemos estar preparados” apunto el titular del agro.