
La mujer llegó desde el Hospital Dr. Augusto Essmann de Puerto Natales el 9 de junio. “Fue derivada a raíz de una amigdalitis que se le complicó (…) Le hicieron un hemograma, donde se vio que el sistema inmune estaba muy bajo”, explicó su marido Alejandro Mancilla. Luego de esto fue diagnosticada por el doctor Stanko Karelovic, con un linfoma linfoblástico medular, el día 16 de junio. “Patología que se nos informó enseguida que está integrada al plan Auge”, dijo el esposo.
Al ser informado de esto, la familia –sin otra opción- comenzó a gestionar el traslado a Valdivia o a Santiago. Sin embargo, en ambos lugares las solicitudes fueron rechazadas por no tener “disponibilidad de cupo”.
“Hasta el momento llevamos más de 17 días esperando en circunstancias en que según el AUGE, no deberían haber pasado más de 10 días para que ella comience a recibir su tratamiento. Yo he golpeado todas las puertas habidas y por haber y sólo me responden que hay que esperar”, subrayó el angustiado hombre.
A esto, se le suma que la afectada al estar internada en esas condiciones, “puede contraer cualquier infección intrahospitalaria o cualquier tipo de germen que le afecte”, lo cual mantiene muy preocupada a la pareja.
Quimioterapia
Actualmente, en Magallanes no existe la posibilidad de acceder a una quimioterapia. La falta de especialistas en esta área es un problema que se arrastra hace mucho tiempo y a pesar del esfuerzo de las autoridades por contar con una Unidad de Oncología, hasta el momento nada se ha podido mejorar. Esta es la principal razón por la que los pacientes diagnosticados con cáncer en la región deben ser derivados a otras ciudades, exponiéndose a la indiferente lista de espera que parece jugar en contra de cualquier enfermo en estas circunstancias.
“¿De qué me sirve el AUGE entonces?”, preguntaba el aproblemado marido que siente vulnerados sus derechos como ciudadano, al no poder acceder a las prestaciones de salud que su esposa necesita. “Mi mujer no está siendo sometida al tratamiento que debería”, reclamó Mancilla.
Solución
En este momento, Ojeda ya está estable y sin el cuadro de fiebre que presentó al principio de su internación, empero, la situación por la que está pasando la tiene muy mal emocionalmente y no sólo a ella, sino que a todo el núcleo familiar.
“Nosotros no estamos pidiendo nada que no sea lo correcto, este es mi derecho a reclamar por la vida de mi señora”, finalizó Mancilla, a la espera de que las autoridades le busquen alguna solución a este burocrático problema.