
El inocente grupo de estudiantes magallánicos que fue enviado a las Islas Malvinas o Falkland, para perfeccionarse en el idioma inglés, está originando un inconveniente diplomático entre Argentina y Chile, que nadie se esperaba.
El impasse ocurrió en el momento en que desde la Municipalidad de Punta Arenas se determinó enviar a estos estudiantes a las islas, provocando el descontento de las autoridades transandinas, las cuales manifestaron su malestar argumentando que el convenio estaría reconociendo la soberanía de Inglaterra sobre un territorio que se reconoce como “en conflicto” por la vecina nación.
De esta forma, las repercusiones sobre el tema mantienen un delicado ambiente que está siendo estudiado por las autoridades regionales a fin de dar pronta salida al apuro.
Para este efecto, el vocero de Gobierno, Miguel Schweitzer, manifestó que está gestionando con Cancillería las condiciones y los recursos con los que se puede abordar la situación, a pesar de que las autoridades argentinas ya manifestaron públicamente su disgusto por el poco manejo que se ha demostrado de este lado de la frontera.
La autoridad regional, aseveró que durante el transcurso de la semana tendrán estudiada la mejor forma de proceder ante el evento que, entre otras cosas, está exigiendo el uso de recursos muy bien ensayados, con el objeto de no generar ningún tipo de desaguisados extra.
El Anja
Sumado a esto, actualmente existe otra complicación que está perjudicando de forma directa a ciudadanos de ambas naciones.
El Anja, es un barco que por lo menos una vez al mes llegaba al puerto de Punta Arenas, para realizar intercambios comerciales entre el archipiélago y la capital regional. Esta rutina se está viendo alterada desde hace un tiempo debido a las restricciones impuestas por Argentina a su mar territorial, según explicaron las autoridades involucradas en el repentino cambio de ruta, que desde ahora sólo recala en Montevideo.
Esta alteración del recorrido, estaría provocando -en parte- el desabastecimiento de los aproximadamente dos mil pobladores de Puerto Stanley, de los cuales aproximadamente 70 son chilenos.
Según los antecedentes de la ruta del Anja, el último recorrido que la embarcación efectuó, fue el 15 de mayo desde Punta Arenas hacia Puerto Stanley.
Este convenio funcionaba en base a las normas impuestas por la empresa South American Atlantic (SAAS), las cuales habrían caducado entre las partes involucradas. A pesar de esto, se cree que la suspensión del tratado se originó por los elevados costos que trae consigo desembarcar en Chile, sumado a las limitaciones establecidas por Argentina para transitar libremente por su territorio marítimo.
Se contempla que la nave Anja trasladaba un promedio de 400 toneladas de insumos y productos desde Punta Arenas a Puerto Stanley. Entre otras de sus grandes ventajas, la carga que entre ambos puntos se movía ascendía a más de 150 toneladas, generando con esto, ingresos que bordeaban los US$ 150 mil.